Me he mudado a www.disfrazadadehumana.com.
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Nothing ever changes
Es curioso el vacío. La angustia que te doblega el alma, aún cuando no hay nada que doblegar. Puede que todo sea, al fin y al cabo, una lucha eterna por la auténtica (y única) percepción de la utopía. Lo irreal, lo perfecto, eso a lo que nunca llegamos. Aspiramos a nada, suspiramos por todo. Caemos en la inevitable evidencia de la fragilidad e inutilidad de nuestra existencia. A veces, sólo a ratos, sólo cuando estamos completamente perdidos o intentando perdernos. Es entonces cuando nos damos cuenta de que no existen las horas perdidas, los minutos vacíos, ni siquiera la verdadera soledad; que somos nosotros. Que somos dolor. Estamos destinados a caer en una maldita espiral de preguntas sin respuesta mientras vivimos, minuto a minuto, una vida normal, como la de cualquier estúpido animal.
Always stays the same
Nothing ever changes
English summer rain
Seems to last for ages
I'm in the basement
You're in the sky
I'm in the basement baby, drop on by
Hold your breath and count to ten
Fall apart
And start again
Start again
Start again
Start again
And I can't sleep, without your breathing,
and I can't breathe each time you're leaving...
And I'll pray you won't stay away...
That you'll come back to me someday.
Más Placebo en vena o córtamelas.
No te encuentro
Y cuando no estás, te juro que te invento.
El aire resuena y las palabras se lleva. Borrosos paisajes, preciosas mentiras, eternos mediodías de cada ciudad perdida. Y aún así. Y aún así, es como te digo. Las montañas de tus lágrimas, erosionadas por el paso de las tristezas, inolvidables dolores de alma, conocidos ya, familiares ya. Y yo me convierto en herida, y tú en sangre, somos dos, somos uno, somos dolor y no hay nadie que lo calme.
Antes iluminaba, ahora quemo, desde los huesos hasta las entrañas, quemo. Sé mis cenizas pues.
Te esnifaré y me colocaré de ti
y será todo precioso porque estás otra vez dentro de mí.
Sin título
He vuelto a caer. Me he enredado conmigo misma en una lucha para tres.
Ya no sé ni cómo decirte 'ayúdame'.
Frenesí
El sonido de tus huesos rompiéndose contra mi sudor, y tus manos devolviéndome a la vida. Y los labios, y las cortinas zarandeando mis locuras sobre tu pecho desnudo y mi alma desnuda y tus dedos tecleando la misma melodía de siempre. En mis costillas. Y mi cabeza. Y mis pensamientos dando vueltas sin cesar creando un huracán sobre la cama que cesa solamente cuando dejas de besar y tus labios dejan de respirar y consigues deletrearme que me quieres. Con el corazón. Y me lo dices y me caigo, me retuerzo en tus brazos, desaparece la cama y las paredes, dejo de ser persona y tú me perteneces. Se rompe el edificio, y me rompo yo contigo, nos desmenuzamos entre pieles que no son nuestras, que son nuestro pasado, que no son más que el dolor sin amor de los dedos que ya nos tocaron. ¿Qué fue, pues? Fuiste tú y fue todo lo que no sucedió, porque fue todo en mi mente, porque fui yo solita, fui toda yo.
In order to be unhappy
He visto gotas evaporarse más lentamente que yo.
He visto mares ahogar más lentamente que yo.
He vivido, he mentido, he tratado de.
He desesperado.
Y no.
Inocencia
¿Qué estropearía lo roto e insoportable, aún sabiendo que no existe el más mínimo detalle de dolor o carencias de lo maravilloso? ¿De veras crees que podría coger tu mano y realizar mil poemas pensando que mañana dejaré de sostenerla? Cruel divinidad, que piensa siempre lo peor, reiteraría cien veces las palabras que más repetí en toda mi vida, pues aunque no sean las más hermosas, sí las más ciertas y hacendosas. Y ¿por qué debería hallar consuelo en el dolor ajeno si no atiendo a razón, cuando no puedo silbar por amor? Hago referencia a ese dolor del que yo estoy falta, y falta no me hace conseguirlo. Quisiera saber el porqué de mi suerte. Es que ¿acaso soy yo otra simple marioneta? Me ruboriza pensar que la vida me utiliza. ¿Tan importante soy, en tan alto escalafón me hallo? Qué estupidez, yo siempre fui un mísero punto en tus lineas, querida casualidad. Rozando mis labios descríbeme que me depara, pues yo sólo te sabría decir lo que ya todo el mundo sabe. Claro que echo de menos la intimidad, oh, por Dios, ¿no lo ven? ¿no se dan cuenta de que eso ya no tiene importancia? Vaya, todos sabemos que extrañar eso es menos doloroso que extrañar esto que poseo. Mi vida entera hubiera dado si cualquiera me lo hubiese exigido, tan sólo por poseerlo. Es la esencia de la esperanza de toda persona, todo ser, cada alma. Y yo soy su dueña.
3 years ago.
Magulladuras, supongo
Fue por un instante. Tu piel y la mía. Fueron las galaxias, huracanes y terremotos universales. Fueron tus venas, fue mi cobardía. Fue el tenerte, no querer perderte y los parpadeos que te perdías. Fue el mar, ¿sabes? También fui yo. Fue todo lo que rodea a este amargo par de dos. Soledad, lo llaman, yo no creo en la distancia. Ya no creo en los kilómetros. No creo en las caricias perdidas. Ni en mi perdida fe. Fueron los minutos apagados junto a las colillas de tus cigarros, y los ojos empedrados de lágrimas que nunca bajaron. Del cielo, de tus estrellas, de tus mundos inventados y tus vidas paralelas. Fueron las casas vacías que llenamos de fantasías, el cubo lleno de hielo que siempre se nos derretía. Fue, y es, tan sin ser. Fuimos lluvia en nuestra magullada piel.
He sentido más de cien veces tu mano sobre mi pecho notando mis latidos, mientras duermo, mientras sueño, y era todo mentira. No hay lugar para esto. No existe espacio que lo pueda albergar, y es que somos explosiones destinadas a no terminar. Derrocaste mi ausencia, con la menos armónica de las visiones de la vida, y yo no puedo deshacerme de los lastres que suponen tus manos vacías.
Ya no me acuerdo del olor de tus gemidos, del ruido de tu corazón contra el mío, del dolor de cuando te separas de mi pecho y el alivio de cuando vuelves. Del sudor de cada sonrisa clavada a fuego en nuestros rostros.
¿Y es que no lo ves?
¿Y es que no notas cuando me abrazas que mi alma pincha?
Ah no, que no. Que ya.
Ficción
Mejor dejo de leer historias ya, que estoy harta de no ser protagonista e inventarme mil cuentos para existir aunque sea en mi cabeza. Miro demasiado al cielo, me como demasiado las uñas. Soy la imperfección de cualquier pasado perfecto, de cualquier tiempo verbal, de cualquier tiempo pasado fue mejor porque lo mejor no existe si no tienes a nadie con quien llorar.
¿Y por qué todo esto? ¿y por qué ahora? Empecé a leer un libro, ya saben, de éstos que empiezas por aburrimiento y acabas por muerte súbita de tanto que te hace revivir. Empecé a leerlo y me absorbieron las páginas. Me hicieron cortes en los brazos y aún me tiemblan las pestañas. He llorado encima de ese libro, más que sobre cualquier hombro. He amado dentro de él. He acabado odiándome por no leer cada párrafo dos veces, por no memorizar, por no besar cada letra y amar como se merece cada capítulo. Lo he leído entero, de arriba abajo, y no le encuentro final. ¿Qué final va a haber? ¿Cómo se acaba algo que no sabes ni por dónde empezar? Verán, este libro no es libro, es algo más. El libro es su piel y es el lienzo de verdades que siempre estropeo con la media sonrisa que le emboba. No es sólo eso, no, es más. Son mil historias en una y doscientos viajes por lunar. Ese libro es Besar. Es la palabra, es el concepto, es el 'te quiero pero no vuelvas más'. Es un dolor punzante en la tinta que no puede terminar de perfilar el punto y final.
Y taladrar a bocados los versos que no me regalas.
Y que me comas la boca como te comes la cabeza.
Con tu sonrisa de doble filo.
Con tus ojos color dolor.
Y sin nada.
Y que me comas la boca como te comes la cabeza.
Con tu sonrisa de doble filo.
Con tus ojos color dolor.
Y sin nada.
Me desvaneces
Y va a ser mentira que fue verdad. Que en este rincón de dolor, lágrimas y suciedad sólo fui yo quien se quiso arruinar. Y no por más pensarlo se va a terminar de construir, sólo es fantasía y las fantasías son sueños sin cumplir. Tras mis puertas, las promesas. Ilusiones que no son más que mentiras hechas de una materia irreal, y no me des más. Estoy perdida entre la inconsciencia y el dolor de estar consciente, en un punto desconocido, raído, mordido por mis ganas de naufragar.
Los vestigios de vida lúcida, me los llevo, los guardo, los mato en silencio. Te recorro con mis dedos. Me alimento de sufrimiento. Te beso todo el cuerpo. Me atormentas. Me lamento. Me desvaneces, me desvanezco.
Puede, tan sólo
La ceniza.
Fisuras de.
Tu color.
Noches en.
Aire.
Vuelos que.
Inercia,
paciencia,
asfixia.
Fisuras de.
Tu color.
Noches en.
Aire.
Vuelos que.
Inercia,
paciencia,
asfixia.
Irreal, puede, menos que tú y más que yo. Sintiendo cada amanecer, como todas esas noches sin ventanas que los muestren, y aquel calendario que dejaste de visitar en septiembre. Se acabó el mundo. Se acabaron las páginas, ya no queda más por leer. No quedas. No quedo yo.
Enferma
Suena.
Soy incapaz de controlar esta enfermedad que me recorre de pies a cabeza. Mis huesos están contaminados, hasta mi alma se queja. Este virus llena mis venas, sube mi temperatura, me crea miedo, impotencia, me duele ya por inercia.
Soy incapaz de controlar esta enfermedad que me recorre de pies a cabeza. Mis huesos están contaminados, hasta mi alma se queja. Este virus llena mis venas, sube mi temperatura, me crea miedo, impotencia, me duele ya por inercia.
No consigo pensar con claridad, tiemblo, deliro, quiero gritar. Al menos mi corazón sigue palpitando, quizá con más frecuencia de la que debiera, quizá bombea demasiada sangre, quizá explote de tanto pensarte.
Porque son esos ojos los que me enferman, esas manos las que me curan, las palabras que me retuercen y me ahogan entre las dudas.
Contamíname las venas, que sangre ya les sobra, que desbordo dolor por cada poro sin tocar y me muero por dentro cada día un poquito más. Fusílame a miradas, no me importa desvanecerme; corrígeme si me equivoco, nunca llegué a perderme.
Me caí del espejo
Me tropecé con mi aura, me ahuyenté a base de verdades que nunca quise conocer. Y retorcidas las pestañas, nada queda, sólo un millón de vacíos llenando la mísera discordia entre el hueso, la carne y el alma.
Me quedo muy quieta. Perpleja. Mirando a mi alrededor. Sólo consigo contemplar la indiferencia de mis sentidos hacia el mundo que nos rodea, el dolor de que no haya dolor, porque no hay nada.
Sólo soy un ser vivo, que no viviente, insertado en este mundo por casualidad, seguramente por error. Y sonrío. Porque sí, me caí del espejo, pero al menos conseguí no quedarme dentro.
Mátame
Miénteme en el agua
ahógame en palabras
Recítame en versos
y los besos te los guardas
Quiéreme
piel a piel
No me tengas por tener
No me robes
no me duelas
pero duéleme bien
Suspírame
en un par de miradas
Fusílame
cada mañana
Piérdeme entre las sábanas
me encuentro en tu ombligo
que me encuentro rápido
si me encuentro contigo
Intoxícame
con minutos de juguete
en nuestro castillo utópico
tras un foso y ningún puente
Retuérceme entre tus brazos
asfíxiame sin querer
mírame como nunca
mátame como cada vez
ahógame en palabras
Recítame en versos
y los besos te los guardas
Quiéreme
piel a piel
No me tengas por tener
No me robes
no me duelas
pero duéleme bien
Suspírame
en un par de miradas
Fusílame
cada mañana
Piérdeme entre las sábanas
me encuentro en tu ombligo
que me encuentro rápido
si me encuentro contigo
Intoxícame
con minutos de juguete
en nuestro castillo utópico
tras un foso y ningún puente
Retuérceme entre tus brazos
asfíxiame sin querer
mírame como nunca
mátame como cada vez
♥11/11/11
Totalmente
Parece que fue ayer cuando empecé a dar tumbos de un lado para otro, cuando decidí dejarme llevar por la nada. Y es que siempre fui así, vagabunda de las emociones, pero qué se le va a hacer, otros nacen rebaño, que es bastante peor. Y más tarde me di a la lectura, sí, como quien empieza a drogarse; y me drogué, me drogué, no saben cuánto, una barbaridad. Escapé de la realidad, así, tal cual. Me creía libro, me creía princesa, me creí mil cosas y ahora... ahora qué. Ahora salgo y no hay nada, las calles son incoloras, es increíble esto, la gente también lo es. ¿Qué sentido le ven a todo? ¿Qué sentido le encuentran? Ir a tomar un café, salir un sábado, fumar, beber, follar. No lo entiendo. No hay magia si la capacidad intelectual es nula. Creen que son felices, insensatos animalillos, creen que existen. Pero no son nada. Y lo escribo negando con la cabeza, porque es la mayor verdad que dije nunca: No Son Nada. Y lo peor es que no lo quieren ser.
Nunca fue, en realidad
Se ha agotado la inercia que movía el universo. Ya no hay claroscuros, ni existe el infinito. No hay luz, ni su velocidad. Hemos borrado el sinsentido, hemos eliminado la eternidad.
El mundo no gira, lo juro, el sol ya no brilla.
Te odié (I)
Y yo, después de masturbarme, aún con los pantalones del pijama por las rodillas y el corazón acelerado, pienso en ti. No antes ni durante, no. Después. En el momento del abrazo y el te quiero. El momento en el que me falta tu aliento en la nuca y el calor de tus brazos rodeando mi cuerpo aún agitado. Pero esto no está bien, no. Súbete los pantalones, enciéndete un cigarro, ponte a mirar por la ventana y piensa en otra cosa. ¿Y qué otra cosa iba a pensar? Que ese gélido aire que recorre mis poros está creado por el vacío que has proyectado en mis días. Que las caladas son segundos que me fumo y minutos que se esfuman sin poderte tocar. Trato de no llorar, pero qué más da ya. Las lágrimas empiezan a recorrer mis mejillas y, ausente de tu consuelo, miro al cielo, termino el cigarro, tiro la colilla, cierro la ventana y me tiro a la cama para llorar con más ganas.
Recuerdo cuando decidí dejar de pensar en ti. Incluso lo escribí en el diario: "Se acabó". Pero tanto esas páginas como yo, sabíamos que era mentira. Volví a pensar en tus manos a los dos días, en tu aliento a los tres, en tus ojos a los cuatro, y en tu forma de amar cada vez. Mi vida siguió siendo una noria, en la que ni giro ni termino de girar. Todo se convirtió en "el intervalo de tiempo que". No era mi vida, era un trozo de algo que sobraba y que sin ninguna duda, omitiría en mi autobiografía, si es que algún día llegaba a tener. Comencé a contemplar todo en tercera persona, como si yo no estuviera involucrada directamente en mi vida, hay que joderse, y todo por ti. Me pasaba los días haciendo experimentos sociales, mi cabeza sólo se divertía haciéndome responder a "¿y qué pasaría si...?". Pues pasan muchas cosas. Pasa que te quedas sin amigos, que estás sola, que te da igual, y que no le importas a nadie, eso pasa.
Intenté refugiarme leyendo, escribiendo, viendo pelis y forzando hobbies que nunca me habían atraído. Y jugaba al ajedrez por Internet, y siempre ganaba, y veía la tele pero no miraba nada. Me tiré a un par de tíos después de ti, pero siempre me lo jodías. Bueno, tu cara; tu cara y tus ojos atravesando mi nuca, observándome como si estuviera cometiendo un pecado. Sí, me sentía infiel. Fui infiel a un 'tú' que no tenía. Uno de los chicos se llamaba como tú, pero no se parecía en nada a ti, aunque me gustaba gritar tu nombre mientras lo hacíamos, y el otro... El otro era amigo tuyo, sin más. Supongo que lo hice por joder, en ambos sentidos de la palabra.
Y sigo sin entender porqué te fuiste. Bueno, vale, sí, soy una niñata malcriada, egocéntrica, caprichosa, algo bipolar, siempre estúpida y mandona. Pero eso te gustaba. Te gustaba allá en el 2003, cuando éramos dos críos y yo aún no me había planteado el suicidio ni una sola vez. Cuando yo iba a la universidad y venías a recogerme en aquella moto de segunda mano feísima en la que siempre me oponía a montar. Cuando me besabas por los callejones, tocándome más de lo que debías y disfrazando la pasión en palabras de amor que no sentías. O sí, ahora ya nunca lo sabré, y creo que tú tampoco, porque... ¿me has querido alguna vez? La carta aquella que me mandaste, esa de cuando llevábamos dos meses separados, esa que relataba lo mucho que me habías amado estos años, nunca me la creí. Te jodía que yo pudiera estar rehaciendo mi vida, cosa que no estaba haciendo, y me mandaste eso para hundirme más en el lodo, para que añorara esas palabras en mi oído, para que recordara cómo me provocabas escalofríos acariciándome las caderas y diciéndome que veríamos el fin del mundo cogidos de la mano. Te odié, y no sabes cuánto.
[...]
Stop
Vuelvo a recorrer descalza el sendero fabricado con pinchos que recorre el laberinto de un cuerpo que nunca será enteramente mío. Me miro fijamente a los ojos, intentando desatar las manías que me oprimen y los miedos que me impulsan a cerrar mis párpados y no volver a reflejarme. Los pasos son cada vez más cortos, la respiración más entrecortada, y tras la puerta, puedo escuchar tu aliento. Diciéndome 'ven'. Diciéndome que me vaya. Escucho los susurros que me mantienen cuerda mientras mi cabeza trata de desaparecer, de correr hacia un universo paralelo inventado en los sueños que siempre recuerdo. Y retrocedo. Retrocedo porque no puedo seguir, o porque no sé cómo termina la canción. Es probable que nunca la haya escuchado. Todas estas falacias, todos estos intentos, cada recreación casi satánica de figuras imaginadas, me atan a un mundo del que debería salir. ESTOY PROHIBIDA. ¿Lo entiendes? Soy la droga que me fumo cada día, y mira si he acabado mal. Soy las venas de una muñeca de porcelana, el pelo lacio, las ojeras, las miradas caídas y el mal. El mal en sí. El mal en mí.
¿Dónde?
Bajo mi piel, bajo mis entrañas, bajo la sangre, muy al fondo de las mentiras, detrás de todos los sentimientos, casi al final de mi dignidad, ahí, ahí creo que puede estar...
Llegan los malos momentos, los peores inviernos, las noches de celos, las tardes sin vernos. Inféctame. Para poder soportar cada segundo y recordar que mis ojos te ven sin tocarte, que mi llanto sólo sirve para atragantarte y...
...gritar y gritar, hasta quedarme sin aliento.
Por decir su nombre, por gritar al aire, por llorar casi sin saberlo.
No volveré a buscar en mi sombra, no volveré a querer en el recuerdo, no volveré a olvidar mis mandamientos. No volveré a ser cauce de las emociones que me obligan a desatar mis temores, ni a aterrorizarme con mi reflejo, ni...
Voy a dejar que el cielo me aplaste con su infinidad, que me arrope con las nubes, que me ahogue con la lluvia. Y dejarme llevar.
Porque no sé, no sé dónde está... Porque vuelvo a no ser.
I'd rather be dead
Me abruma la oscuridad, me agobia la luz. La poesía ya no me enamora, la cama ya no me arropa. La vida no me tienta, mis ojos ya no miran. Mi cabeza ya no piensa, sólo me aniquila.
Cada vez estoy más segura de que lo único que me salvaría es el abismo. Y volar y volar, dejando un rastro ensangrentado con el dolor de mis brazos.
O para siempre o nunca más
Me suspiró al oído antes de que le pudiera amar. Yo ya no recordaba cómo era. No recordaba el ruido, ni los amaneceres. Me estremecí con el roce de su barba de tres días y su olor a puras ganas de dolerme. Le miré de reojo. Le sonsaqué una sonrisa, de las de verdad, de las que dan calor. Tenía el pelo negro, pero el color de sus ojos no lo supe adivinar. Me conquistaba su manera de estar. Natural, como si no tuviera cuerpo, como si estuviera en un segundo plano, en otro planeta.
Sus labios sabían a hablar en francés, pero yo eso no lo sabía. Sus manos tocaban como si siempre fuera la última vez. Me rozó con la cara, me pudieron las ganas, me sentí desgarrada, me eché encima suya, le besé hasta el alma, me derrotó, me deshice en sus manos, empapé de lágrimas el sudor de los dos. Y ahí estaba yo. Con el vestido a medio quitar, el maquillaje derretido, mis manos en su pecho y con la sensación de haber cometido un crimen. Me dejé caer en su hombro, en su interior. Dejé que me conociera con las manos. Acarició mi pelo, recorrió mi espalda, me apretó contra él, y antes de que me diera cuenta ya era suya otra vez.
Escala de grises
Y tu sonrisa iluminando la escena del crimen.
Yo nunca fui, yo nunca soy, yo nunca seré para ti lo que tú quieres que mienta con los ojos. Deslízome entre tus dedos, me caigo, me deshago, me desahogo y te reencuentro con los brazos abiertos. En un abrir y cerrar de alma, volvemos a estar tú y yo. Con las manos manchadas de sangre, sí, pero tú y yo. He empezado a escribir un diario, ¿sabes? Intento contar las veces que me hiero, las veces que te hiero. Cuento mis latidos, los apunto. Y, vaya, aún no apunté ninguno. Es curioso que todo esto, que parece tan celestial, tan ajeno y mágico, esté fabricado con los retazos del infierno del que conseguí deshacerme. Brevemente. Creo que he vuelto a no ser nadie. Sólo carne, sólo hueso, sólo suya, sólo besos. ¿Y qué ser si no? ¿Un eterno retrato del perfecto ser humano? ¿Una persona humilde, con unos principios bien asentados? Prefiero evitar el sucidio ahogándome en su saliva. Disolverme, esparcirme, mezclarme con la nada empapada de sudor y de miradas.
Entretenerte
Pero no tenerte, nunca verte.
Intentar olvidar cómo se respira.
En el dolor de los días, en la sangre de las noches.
Trasnochadora de nacimiento, culpable por costumbre, estúpida por casualidad. Siempre todo me resultó tan efímero. Recuerdo cuando veía la belleza en las cosas, recuerdo, recuerdo la ingenuidad de mis sentidos. Recuerdo que fui tonta. Recuerdo que no pensaba en la infinita intrascendencia del ser humano en el universo. Creo, y sólo creo, que me contradigo como una niña adolescente, amando sin parar, llorando sin razón. Sólo necesito un cuerpo sobre el que yacer. Pintarle con mi barra de labios que sí, que soy feliz, y volver a mentir, y volver a mentirme. Y terminar convenciéndome de que la felicidad existe, que no es sólo esa estúpida fantasía del ingenuo 'yo' de un pasado que casi ni recuerdo. Convencerme de que los días no son tan marchitos como yo los pinto, ni tan abiertos están mis ojos, ni tan inútil es el mundo.
Lay me down, the lie will unfurl,
lay me down to crawl.
Desaparecer, desaparecerte
Vomita.
Expira.
Ahoga.
No sientas, no sientas, no sientas.
Mira.
Ahora siente.
No pienses.
Llora.
Sangra.
...
Expira.
Ahoga.
No sientas, no sientas, no sientas.
Mira.
Ahora siente.
No pienses.
Llora.
Sangra.
...
El aire viciado de soledad te llena los pulmones. Es el último cigarrillo. ¿Y para qué? Es el último minuto. Miras por la ventana, todos parecen tan ausentes. Individuos que pasean sujetados por sus paraguas, evitándose unos a otros. Tratando de no mirar.
Pero tú ves demasiado. Has visto hasta hartarte. Hasta querer arrancarte los ojos. Hasta querer ser como ellos. Y no, eso nunca. Maltratas a tu cuerpo, maltratas a tu mente, pero no te culpas por no saber ignorar. Tus piernas, inquietas, buscan una nueva posición. Empiezas a temblar. No lo terminas de entender, pues no tienes miedo. ¿Entonces por qué? La tensión arterial, supones. Cosas biológicas. Algo normal, supones. La sangre empieza a mojar tus pies. Está caliente, piensas. ¿Y para qué? Tus ojos empiezan a no poder ver. La inestabilidad empieza a gobernar a tu alrededor. Y qué curioso, piensas, igual que siempre gobernó tu interior. Te levantas, te tambaleas. Mal, no debiste. No ha sido una buena idea. Te tropiezas con tu sombra. Te desvaneces. No te das cuenta, pero empiezas a llorar.
La sangre te baña, pero tu mente está relajada. En un estado de semiconsciencia, sientes la tranquilidad, no sientes el dolor. Sientes la felicidad, sientes que por fin, que por fin, al fin...
Tu sangre comienza a rodear el cigarro que tiraste antes de caer. Como si lo evitara. Como si le diera otra oportunidad. Pero se acerca. Lo cubre, lo consume. Se apaga. Y te apagas. Desaparece. Desapareces. No existe. No existes. No hay humo, no hay nada, no hay alma, no hay brillo, ni sombra. Ni tú.
Recaer
No sé escribir una puta mierda.
Fall apart
To die. Right here. Right now. All by myself.
Asphyxiated by my own blood.
Happy 'cos I'm finally alone.
Al límite
Sí, reconozco que más de una vez me retorcí en brazos ajenos, y no por crear dolor. No me refiero a infidelidad, no al menos física, sin darme cuenta me entregué al mal de otros ojos que quisieran ayudar a esta pobre infiel, pero infiel consigo misma. Más que nada me sentí abucheada. Lo que ya tenía no me bastaba. No me es suficiente nunca nada. Lo que consigo es estúpido, siempre hay una meta inalcanzable. El mundo parece tan descosido que no me da tiempo a levantarme. He llevado mucho peso a rastras, peso que he inventado, como siempre, y mi vida me dice que no puede más. Mi alma se echa a llorar. Pero yo no tengo de eso. Soy un ser inerte, creado por un dios inexistente, que mira a través de los ojos de un cuerpo humano, como cualquier otro, como cualquier día, como cualquier noche. No me drogo por miedo a ver la verdad. Alucinar ya de por sí no se me da del todo mal. Grítame, grítame, por favor. Que cuando lo haces siento que ya no soy yo. Olvido mi cuerpo. Todo es una obra de teatro. Soy un espectador de mi propia vida. Y aplaudiré hasta que caiga el telón.
Pupilas dilatadas
Ejercicio de expresión de Elaboración de textos. UA.
El primer recuerdo que tengo data de 1994. A mis tiernos tres años, acababa de descubrir (no sin gran pesar) que los Reyes Magos no existían, que Papá Noel era mentira y que mi ciudad estaba dentro de España, y no al revés. Fue un año duro. Me rompí un brazo, me cortaron el pelo en contra de mi voluntad y mi hermano no paraba de echarme la culpa de sus actos pirómanos. Es por eso que me rebelé. Creé una coalición junto a mi indignación y mi maldad intrínseca y nos dedicamos a estropear la inocencia de esos pequeños seres de mi generación. Me esforcé, con las pocas palabras de nuestro extenso lenguaje que conocía, en explicar, argumentando razonadamente, porqué esos entes en los que ellos tanta ilusión depositaban, no existían ni nunca habían existido. Ahí empezó todo. Casi me echan de la guardería.
Al cumplir 9 años fui ‘obligada’ a tomar la primera comunión. Me pasé el día predicando acerca de la no existencia de Dios y la inutilidad y gasto que suponía la Iglesia. No paraba de repetir una gran frase de Homer Simpson: “Pero Marge, ¿y si nos hemos equivocado de religión? Lo único que hacemos yendo a misa es enfurecer más y más al verdadero Dios”. Mi escepticismo fue creciendo conforme empezaba a comprender que los argumentos de los adultos no tenían sentido o se basaban en cosas como “la fé” o “esto siempre ha sido así”. Comprendí que el mundo estaba mal hecho. Casi me echan de la Iglesia.
Con el paso de los años he aprendido que no sólo es mentira lo que no existe, sino lo que nos ocultan o deforman para mantenernos sedados. Mi inconformismo e incredulidad me han llevado a un punto en el que me hago activista, terrorista o nihilista. Por eso he decidido desparramar toda esa amalgama de emociones, resignación y descontento en la creatividad. Escribo a menudo, dibujo aunque sea horrible, fotografío cuando puedo, compondría si supiera. Pero todos sabemos que la creatividad no es sólo arte, y yo intento aplicarla a todos los aspectos de mi vida (en la medida de lo posible). Trato de ver todo desde un punto de vista desconocido, prohibido, o incluso estúpido, dándole color a estos días tan grises que corren. Y ahora tengo miedo de que me echen del mundo.
Miro siempre el planeta desde fuera, analizándolo, hasta no sentirme parte de él. A veces me abstraigo tanto que se me olvida que soy un ser humano. A veces no como o se me olvida dormir. La verdad es que siempre he deseado ser un ente imaginario basado en los miedos e ilusiones de aquél que quiera creer.
En fin, supongo que la vida es dura para aquellos que deciden ver.
I hurt myself today
To see if I still feel.
I focus on the pain
The only thing that's real
The needle tears a hole
The old familiar sting
Try to kill it all away
But I remember everything
I focus on the pain
The only thing that's real
The needle tears a hole
The old familiar sting
Try to kill it all away
But I remember everything
Voy a dejar que tus labios cicatricen mis heridas,
voy a permanecer callada durante lo que me queda de vida.
Desángrame en tus brazos,
mátame con tus manos.
Quiero reducirme a cenizas,
quiero ser lo que tú me pidas.
Muérdeme. Ódiame.
Make me feel alive 'cos I'm already dead.
Más abajo
Más al fondo,
más imposible.
Más doloroso,
más inútil.
Ciegos, maniatados, embrujados.
más imposible.
Más doloroso,
más inútil.
Ciegos, maniatados, embrujados.
"If I could tear you from the ceiling,
and guarantee source divine.
Rid you of possessions fleeting,
remain your funny valentine.
Don’t go and leave me,
and please don’t drive me blind
You don’t believe me,
but you do this every time.
Please don’t drive me blind...
I know we’re broken.
If I could tear you from the ceilin,
I’d freeze us both in time.
And find a brand new way of seeing,
your eyes forever glued to mine.
Don’t go and leave me,
and please don’t drive me blind.
Don’t go and leave me,
and please drive me blind.
Please don’t drive me blind."
Cada día que pasa es otra pieza perdida del puzzle de mi cabeza. Me consuela pensar que algún día todo acabará. Quiero destruirme, fundirme con la galaxia, ser un punto inerte que ni siente ni padece, observar la realidad más allá de la vida que se me impuso. Pero salir de aquí no es tan fácil. Estamos encadenados a respirar, estamos obligados a vivir hasta morir. No es justo. Es imposible tomar decisiones en este cuerpo inútil, en esta mente que no da para más, en esta sociedad que sólo puedo odiar y odiar. Sólo somos sacos de sangre y hueso vagando hasta desaparecer, y yo quiero desaparecer ya. Rajar ese saco de arriba abajo, esparciendo mis tripas en este indecoroso escenario llamado mundo, y que todo el mundo lo vea, y que lloren, y que aplaudan, y que repitan conmigo: "Hasta que la muerte nos separe".
Pues no hay peor muerte que querer morir y no poder.
Y en un día tan señalado, mis lágrimas gritan 'vuelve', mientras mi alma se entrega por completo a nuestro último adiós. Porque no tiene sentido. Porque nunca lo tuvo.
Autolesiones
Autolesión Nº1: Tú
Los arañazos, las cicatrices, los pensamientos y las sensaciones con sabor a nuevo. Las sonrisas, las pasiones y los colores sin gastar. Las lágrimas. Tu olor. La verdad.
Autolesión Nº2: El vacío
La nada. La oscuridad, o quizá luminosidad, de los lugares que no existen. Esa parte de mi cerebro que se enciende cuando tengo tiempo para pensar. El dolor de que no haya nada más. La angustia existencial. Lo típico, lo cínico, lo insustancial.
Autolesión Nº3: El papel
Reflejar mi alma, derramar mi sangre, trasnochar en los folios describiendo lo que a veces me obligo a sentir. Si no soy yo, al escribirlo lo seré.
Autolesión Nº4: Yo
Y ese problema mío de convertir todo en un problema. Querer morir a cada tramo de escalera. Suspirar por cualquier alma que me de cobijo, dar mi vida entera por un poco de cariño. Mi manera de desgarrar, de soñar, de querer crear lo imposible. De vivir menos de lo que quiero y querer todo lo que no vivo. De tener la culpa, de no conocerme.
De abstraerme,
de no quererme.
Y el frío de la ausencia de tus manos sobre mi desgastada piel.
Please
A veces no sé si nos separan los kilómetros o la razón. Y si llegaras a sentir la mitad de lo que yo siento cuando te pienso, y si llegaras a ver a través de mis ojos lo que yo no veo, podrías comprenderlo. He estado atada bajo la luz del sol durante eternidades incontables y ahora, que por fin puedo acariciarlo, soy tan ingenua, tan coqueta, tan estúpida y niñata, que me entierro bien profundo para no volver a ser tentada, y para serlo cada día.
Tu idioma es el único que entiendo, pero eso tú nunca lo entenderás.
Y ya no sé
Iba a escribir algo sin sentido. Algo que explicara lo que siento. Algo que explicara todo lo que me duele, algo que explicara todo lo que llevo dentro.
Iba a escribirte una poesía, quizá una carta, o una parrafada llena de insultos. Podría escribirte mil cosas que ya escribí, repetirme una y otra vez, retratarte en todos los versos, dibujarte en las rimas y recrearme en mis propias palabras.
Iba a escribirte, algo que ya no sé hacer.
Podría escribirte, pero... ¿para qué?, podría indagarme, podría dolerme, podría cortarme. Podría sangrarte en este trozo de papel. Podría derramarte la tinta de mis lágrimas, y volver para recoger mi desgarrada piel. Pero.. . ¿para qué?
Iba a escribirte algo... Y ya no sé.
Left in hell
El tacto familiar de tus dedos tecleando mi espalda, y tus ojos, ávidos de volver a conocerme cada segundo. Dos pieles en una, dos vidas, un camino roto. El idioma que reinventamos día sí, día también. Las noches salvajes, las mansas mañanas, los días libres, los paseos por tus miradas. Mis llantos, tus lágrimas, mi dolor, tu debilidad... Todas las palabras que cruzamos, cada una de las veces que nos equivocamos, cada canción que tarareabas en mi oído, y todas las veces que te dejé de amar, y todas las veces que no te amé, y todas las veces que nos quisimos, todas las veces que pudimos, y cuando nos rendimos.
Todo, todo, todas y cada una de las veces.
El circo de los horrores
Sonrisas despiadadas, carcajadas dolorosas, arañazos silenciosos, suspiros y jadeos de procedencia desconocida. Dolor en las paredes, sangre en nuestras pieles. Verdades escritas de mi puño y letra, mentiras que no sabría desmentir. Colores relampagueando en un abismo de confusión y subconsciencia psicotrópica. Es la fábrica de mis miedos, vuelvo a ser Alicia en el país de las eternas pesadillas. Enredaderas que ahogan mis venas, velos, cantos de sirena, todos los misterios que me rodean. Un pasillo ocupado tan sólo por una larga melena. Al fondo el mar. El Sol. La arena. El silencio asfixiante de unos chirridos insoportables. El calor del Infierno, sus manos, sus besos.
Sonrío paradójicamente. Sangro, grito, me doy la vuelta. Un espejo retratándome se ríe de mí. Veo mis tripas desprendiéndose de mi interior. Acaricio mi vientre, todo sigue igual, igual de mal, sigo siendo yo y nadie más. Mis lágrimas no me permiten ver el final, caigo al suelo, palpo las raíces de lo que debe ser un árbol enorme, alzo la cabeza y sólo está... Sólo es... La historia de mi vida, plasmada en retorcidas ramas, en hojas muertas, en la luz que falta, en los ojos que siempre me miran. Y vuelvo a caer, esta vez más al fondo, sin tocar el suelo, simplemente desplomándome en un vacío infinito que me muestra todos mis errores en espiral, provocándome náuseas y ganas de morir ya.
Y mientras, me imagino al creador de todo esto, apretando botones a carcajada limpia. Tirando de palancas al azar, mirando mi sufrimiento en pequeñas pantallas, extrayendo de mis lágrimas su única felicidad.
Sólo te intuyo
Se puede escribir el infinito en tus párpados y una luna de hiel en tus lágrimas. Los besos azules, cielo, se desgastan, pero me llenan de alegrías las alergias de cada mañana. Si esto es un juego, pierdo y gano a cada instante, y si esto es un robo, a nadie le importa que desaparezca. Tiro los dados, te robo los labios, te muerdo, me desmayo. Me retuerzo en tu piel sudada, y sudo en tus manos a cada tirada. El tiempo no pasa si las únicas manecillas del reloj en las que creo son tus manos, y mi piel son las horas, los minutos y los segundos.
Quiero resolver el enigma de tus ojos, y dejar sin hacer el crucigrama de tus abdominales; fabricar con mis manos la furia desatada de todos los mares. Ser fácilmente o no ser nada... Si es a tu lado, a mí me vale.
A pain that I'm used to
He fabricado más de mil sentimientos, fingiendo que son verdad, grabándolos a fuego en mi soledad. Quiero creer que algún día todo va a cambiar. Que la nebulosa negra que me persigue se dispersará tarde o temprano. Porque hay ciertas cosas que no puedo soportar...
Y bien es verdad, que llevo tiempo acostumbrada a que mis manos redacten todo el dolor que yo no puedo soportar. Y bien es verdad, que me retiro del campo de batalla siempre mucho antes de luchar.
No quiero pensar que todos mis días van a transcurrir igual. He de mejorar. Pero en esta carretera desierta soy yo la única conductora, y ando perdida, sumida en la más profunda ingenuidad.
Al levantar la mirada, el mundo tiembla, y me duelen las piernas. Al abrir los ojos, el mundo me ciega, y se me parten las venas. Al intentar andar, mi cuerpo me implora, mi piel llora, mi alma... mi alma ya está rota.
¿Cuántos días sin rozar aquel veneno han de pasar? ¿Cuánta vida voy a perder? ¿Cuánto tiempo? ¿Cuántas sonrisas? ¿Cuánto dolor seré capaz de...
Y no te atrevas a mirarme, no así.
I'm not ready
No para esto. No así. No en mi cuerpo.
No estoy preparada para desangrarme en otras manos, para desaparecer, extirpada del mundo y de mí misma.
No quiero retroceder, no quiero avanzar, no quiero estar.
Quiero dejar de pensar.
Y dormir durante toda la eternidad.
No estoy preparada para desangrarme en otras manos, para desaparecer, extirpada del mundo y de mí misma.
No quiero retroceder, no quiero avanzar, no quiero estar.
Quiero dejar de pensar.
Y dormir durante toda la eternidad.
No quiero verme, no quiero verlo, no quiero desnutrirme a cada soplo de viento.
Ni depender de que me miren esos ojos,
ni depender de que les apetezca ver mis sollozos o no.
Ni reírme si sonríe, ni llorar si me aniquila.
Y así,
es como me destrozo.
De mí,
me despojo,
me hundo.
...
Otra vez.
Otra puta vez.
Otra puta vez.
Soy mi propia sobredosis
El desencanto de las noches perdidas, el azul del cielo, el dolor de los días, el amor desnutrido, la muerte acechante. Todo marchita a la velocidad de la luz que nunca existió, perdiéndonos, encontrándonos en cada pozo inventado por un inexistente Dios.
Nada existe si no miras.
Nada es real si no es mentira.
No encuentro mi lugar, no me encuentro a mí misma, soy un tachón en una frase sin sentido; un cuaderno viejo, mordido y raído.
Estoy empezando a temblar,
creo que no existe nada más.
Me duele la cabeza, y las uñas, me duelen los ojos, los años, me araña la vida, tus dedos, me rasgo las heridas, mi temor, tus miedos, mi agonía.
Soy un signo de interrogación mal dibujado,
el paréntesis que nunca es cerrado,
el aliento sin aliento de cada mentiroso,
la vida y la muerte de todos nosotros.
Ahora que ya no tengo tu retrato frente a mí, mi reflejo no se digna a aparecer.
Piel transparente
Mis miradas fingen no tener orgasmos cada vez que te paseas por ellas, mis dedos callan todo lo que mi boca tartamudea. Flirteo con el dolor punzante de un futuro descabelladamente incierto, y me rindo, sola y magullada, ante este cruel invierno.
Me he preparado para el más frío sudor, para la fiebre más violenta, pero no consigo hacer desaparecer mi transparencia. Quiero quedarme con algo, conservar para mí sola un trozo de mi ser, el cual regalo con una facilidad pasmosa. Creo que no me he explicado bien. Quiero que me vuelvas a querer.
He leído todos esos libros que hablan de amores eternos, de rosas, de besos, de infinita comprensión, de abrazos sin final, de amor, de amar, y qué más da. No existe nada de eso, nada de lo que escriben es real, porque ninguno de esos escritores te ha conocido. No pueden describirlo. No conocen esos labios, ni el idioma de tus miradas, no entienden el calor que me regalas, ni los escalofríos de tus palabras, ni tu voz acariciando la oscuridad para explicarme que me amas.
Y sigo llorando por los trozos de alma que he perdido por este pedregoso camino, sangrando sin cesar a cada paso, sufriendo por cada minuto que soy feliz. Me declaro enteramente culpable. Condénome a sonreír.
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