Pero no tenerte, nunca verte.
Intentar olvidar cómo se respira.
En el dolor de los días, en la sangre de las noches.
Trasnochadora de nacimiento, culpable por costumbre, estúpida por casualidad. Siempre todo me resultó tan efímero. Recuerdo cuando veía la belleza en las cosas, recuerdo, recuerdo la ingenuidad de mis sentidos. Recuerdo que fui tonta. Recuerdo que no pensaba en la infinita intrascendencia del ser humano en el universo. Creo, y sólo creo, que me contradigo como una niña adolescente, amando sin parar, llorando sin razón. Sólo necesito un cuerpo sobre el que yacer. Pintarle con mi barra de labios que sí, que soy feliz, y volver a mentir, y volver a mentirme. Y terminar convenciéndome de que la felicidad existe, que no es sólo esa estúpida fantasía del ingenuo 'yo' de un pasado que casi ni recuerdo. Convencerme de que los días no son tan marchitos como yo los pinto, ni tan abiertos están mis ojos, ni tan inútil es el mundo.
Lay me down, the lie will unfurl,
lay me down to crawl.
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