El tacto familiar de tus dedos tecleando mi espalda, y tus ojos, ávidos de volver a conocerme cada segundo. Dos pieles en una, dos vidas, un camino roto. El idioma que reinventamos día sí, día también. Las noches salvajes, las mansas mañanas, los días libres, los paseos por tus miradas. Mis llantos, tus lágrimas, mi dolor, tu debilidad... Todas las palabras que cruzamos, cada una de las veces que nos equivocamos, cada canción que tarareabas en mi oído, y todas las veces que te dejé de amar, y todas las veces que no te amé, y todas las veces que nos quisimos, todas las veces que pudimos, y cuando nos rendimos.
Todo, todo, todas y cada una de las veces.
4 comentarios:
Te he empezado a seguir hace poco y... :f Estás buena y escribes bien, pero cursi.
Belén.
Dudo que hayas visto mi cuerpo y sí, a veces soy una cursi. Gracias por leerme :D
Esto vuelve a recordarme a algo. ¿Aún le sigues queriendo?
Nunca dejas de querer del todo a alguien que has querido de verdad.
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