Seré rodeada por la angustia que me lleva despertando todos estos años. Las sombras que me persiguen guiarán mi camino porque ya no tengo miedo. Me voy, de la mano de mi más oscuros temores, con una sonrisa dibujada con lágrimas y pintalabios deshecho. En este mundo no hay nada que hacer ya, se pudre, se muere, se desintegra. Lo más sensato es desaparecer. Ya no veo los árboles que enredan a las nubes, ni veo el sol cegándome, no puedo ver los pájaros, no puedo sentir mi alrededor. No necesito seguir fingiéndole a un espejo que nunca se preocupó por mí. Mis manos ya no reconocen mi rostro, ni mucho menos mi interior, ya no soy yo quien habla, no soy yo quien ama, no soy yo esa que sonríe al objetivo de cualquier cámara. Mis uñas ya no me sirven para desgarrarme, mi dolor ya no me sirve para inmutarme. No es suficiente. Deseo ver mi sangre recorriéndome, bañarme en su calor, ahogarme en mí misma. Desaparecer. Voy a acariciar el suave rostro de mi próxima vida.
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Crying both of you
Me dueles. Me dueles tanto que casi no puedo respirar. Me aprieta, me ahoga, me derrite. Me derramo. Me desgarras por dentro, me inmunizo a la luz. Me hieres, me curas, me quieres, me sudas. Siento un bisturí atravesando mi piel hasta llegar a mi alma, abriéndome poco a poco mientras me desangro en la cama, escupiendo dolor desde mis entrañas. La oscuridad que nunca quise ver pero que siempre estuvo ahí, viene ahora a hacerme compañía y... creo que podemos ser amigas. No sin antes suicidar a mi felicidad, esa que tanto me cuesta siempre encontrar. Voy a desnudar mis pensamientos en la barra de cualquier bar. Voy a desahogarme, ahogándome en el vodka de cualquiera que me quiera invitar. Voy a vomitar toda la sangre que me tiene colapsada, esta es la gota que colma el lago. Me duele la garganta de tanto callar. Mis suspiros, tus susurros, me bloqueas, ni me inmuto. Lejos, cerca, qué más da. Los kilómetros para el corazón sólo son unos minutos más... y qué importa esperar. No estoy segura de...
Y todos esos trozos de recuerdos, de sonrisas que me fueron regaladas, y estas lágrimas que enmarcan mi estúpida cara, son los únicos testigos de la guerra que está habiendo en mi interior. Este hedor insoportable que parezco emitir, que no me aleja de nadie, solamente de mí, me está empezando a hundir. Hazme un favor: deja de existir. Quiero recuperar la independencia de mi cerebro ante mis emociones, que siempre ganan todas las batallas, y soy yo la que sale perdiendo. Me quiero amputar las venas para dejar de preguntarme si debería cortármelas. Ya no lloro lágrimas, lloro rímmel frío y descosido, rímmel para que no me puedas conocer. Para que nadie me pueda ver. Deja de ser mi pesadilla, deja de ser mi sueño, deja que deje de recordarte, deja de poseerme, déjame ser mía, devuélveme mi silueta, que prometo no dársela a nadie más...
Vuelvo una vez más a ser una inútil, mediocre, celosa, estúpida ansiosa por ser tu piedra preciosa. Sólo soy una zorra más en este mundo de mierda.
I'm the enemy.
Vuelvo una vez más a ser una inútil, mediocre, celosa, estúpida ansiosa por ser tu piedra preciosa. Sólo soy una zorra más en este mundo de mierda.
I'm the enemy.
Vivir es tan fácil como morir
Me atrapa una esquizofrenia innombrable. Soy inconsciente de mis actos. Fumo por inocencia, soy una rebelde sin causa ni pausa. Me gusta ver el mundo del revés, soy un murciélago de pies a cabeza. He fabricado un nido con tu sangre, con tus entrañas, y es lo más parecido a un hogar que he tenido nunca. Hacía mucho tiempo que no me sentía tan segura. Soy yo la que decide cuando hacerte daño y decide no hacerlo nunca. Voy a explotar. Voy a morir. Voy a correrme en la boca de todos ustedes.
Voy a rectificar.
La histeria no se me da del todo mal.
Siempre supe que algún día encontraría mi lugar, pero nunca pensé que sería en tu entrepierna. Recórreme otra vez con tus orgasmos.
Felicítame por mi sonrisa cada día.
Me siento folclórica, hechizada, suicida, homicida, drogada, pesimista, fetichista, sexy y algo anonadada. ¿Y por qué? Porque vivir es tan fácil como morir. Sólo hay que dejarse llevar.
And I don't have a gun...
I had to fall, to lose it all
Noches de besos rotos y de amor en pura pasión. Frenesí desatado en miradas perdidas, especulando sobre inciertos futuros dolorosos y prematuros. Limpios cuerpos, sofisticadas caricias y suspiros retorcidos. Casi lágrimas. Dolor del que se besa. Frío ardiente en cada poro de piel sin tocar, en cada centímetro de alma por recorrer. Gemidos en si bemol, melodías espontáneas, perfectas composiciones. Manos que se pierden. Las palabras que se lleva el viento y todas las que se deja sin llevar. Roturas fibrilares en las pupilas de nuestro interior. Pensando lo que es, y lo que no será. Pensando en la volatilidad de nuestros actos, el dolor de la prospectiva. Pedazos de poemas por las paredes, escritos en besos y sangre de los desgarros en nuestros sentimientos. La crueldad de los relojes que llevamos tatuados haciéndose patente tras cada roce de labios. Se respira adicción, miedo y demasiada esperanza. Los rayos de luz cegándonos desde la ventana, retándonos a no terminar nunca la noche.
Es físicamente imposible que estemos juntos y químicamente imposible que estemos separados.
Soy
Soy yo quien firma anónimo en tus versos,
y los dedos que zigzaguean en tu espalda.
Soy la mañana en la que te despertaste,
y soy cada noche que me pidas.
Soy poesía en tus entrañas,
dolor en tus palabras.
Soy la vida del débil
y el miedo del más fuerte.
Los pétalos. Las lágrimas.
El picor que no te deja dormir.
Tu animal en peligro de extinción.
Soy yo y seré tú,
siempre que me dejes.
Soy la felicidad eterna
y la utopía de tus más oscuras pesadillas.
Soy el sueño, soy el día.
Soy tu piel, y tu sonrisa.
Tus manos, tu cuello,
y la brisa.
Soy cualquier cosa que esté rodeando tu corazón.
Soy la cama, los besos y el calor.
El ruido de las calles.
La lluvia que adorna los mejores momentos.
Soy el libro que nunca escribiré,
los días que cuentas para volverme a ver.
Soy tu saliva, y también tu hiel.
Soy todo tú porque todo lo sé.
Soy lo que somos, soy nosotros, y tú también.
Lo que nos separa
Lo que nos separa son simples palabras. Es el aire entre terrenos y el vuelo de mil especies. Lo que nos separa no es real. Son vías de tren y el beso de mil parejas. La incertidumbre, la inseguridad y todas las sonrisas. Lo que nos separa no es nada. Son 500 kilómetros y tus pantalones. Son los suspiros que no me puedes dedicar. Lo que nos separa somos nosotros, físicamente, cuerpos estúpidos poseedores de bellas mentes. Lo que nos separa es inútil, porque nada nos separa.
Es el miedo y la incredulidad. Lo grande que nos viene todo y las ganas de llorar. Lo que nos separa no existe, porque no existe nada más. Odio ajeno, millones de personas, wi-fi, Twitter, 3g, televisores en HD y todo lo que no ves. Lo que nos separa es el tiempo, el tic tac, las miradas de reojo al calendario, el 24, el 25, el 26, el 27 y todos los 28 de cada uno de los meses. Son las tiendas, es la sociedad, la compra-venta de cualquier moral estúpida, el perder la dignidad en cada bar. Los abrazos que no me puedes dar.
Lo que nos separa no es nada, porque nada nos separa.
No ser
¿Dónde está la línea que separa el dolor y la desgana? El ser o no ser de cada día. Decido existir cada mañana. El miedo de mirar y no poder ver nada. Mi camino está empedrado y alborotado, abarrotado de gente que desconozco, de ojos vacíos y mil y un desengaños. Retiro lo dicho. Toda mi vida es ese río. Voy a cruzar esa línea inexistente para poder volver a verme.
No hay cosa que deteste más que ponerme a pensar. Y preguntarme cada día cual es la nota disonante de mi existencia. Y recubrir mi piel de interrogantes sin respuesta.
Tengo una corazonada irracional. Creo que voy a poder respirar.
Me agobia demasiado esta ropa, cada uno de los sistemas de protocolo social.
Estoy ensangrentada.
Y asustada.
Tal y como nací.
Silencio
En las miradas de la gente, en el tacto de lo incierto, en un futuro imprevisto y en cada una de las malas decisiones.
Que los cafés los carga el diablo y tus labios son un terreno por explorar.
...Y despertarnos bien tarde para conocernos con las manos es una regla inquebrantable.
Somos como una tarde de invierno, como un vendaval sin frenos. Dos esculturas de hielo arropadas de calor hasta las cejas. El huracán. Los besos que te doy si me dejas.
Fue más de lo que nadie sabe. Sigue siendo incluso ahora. Me pegué un atracón de ti y aún tengo el sabor en la boca.
Cuando estoy cegada soy mucho más feliz.
Cuento el tiempo en horas, minutos y suspiros. Que mi corazón ya sólo hace "tic toc" de tanto esperar. De tanto desesperar.
Espero lo fugaz, espero lo efímero, espero esos suspiros recreados en la memoria y nunca en el olvido. Un par de besos eternos. Esa conexión inevitable, esas miradas de sinceridad irrefutable. Tus manos. Mis ganas. Mi sonrisa y tus palabras.
Human race
Decidme para qué queremos los coches, para qué queremos las casas.
Decidme que es verdad que necesitamos protección.
Convencedme de que no somos una plaga. Convencedme de que existe Dios.
Repetidme eso del amor. Que os queréis unos a otros, he oído ¿no?
Decidme para qué exactamente,
para qué existimos.
Perdonadme estas incoherencias, estos interrogantes indiferentes; disculpad que suelte tantas paparruchas indecentes. Sólo me gustaría saber lo que parecéis saber todos y así poder esbozar la misma sonrisa de imbécil.
It doesn't hurt me
Quiero
retorcerme entre tus brazos
Volver a
quererte a base de gemidos
Beber de tus
latidos
Sudar en tus
sentidos.
Quiero
acariciar tu piel,
que ya es
enteramente mía,
y que me
regales media sonrisa
y esa mirada
repleta de picardía.
Quiero poder
creer que no hay final
al menos
mientras me grites al oído
que quieres
más y más.
Sentir tus
escalofríos
Recorriendo
tus suspiros
Y más tarde,
los míos.
Quiero poder
creer en tus besos
Que es en lo
único que tengo fe
Y rezar y
rezar, quizá en exceso
Cada vez que
me quieras querer.
Arañarte
hasta en el alma
Hacer que
sangres de tanto amar
Moler tus
huesos a mordiscos
Que sé que
te encantará.
Derretirte
en placenteras utopías
Conseguir
que me quieras así
Todos
Y cada uno
De mis días.
She's coming over
Atrapo. Degrado. Como un suicidio. Como tus venas partidas. Desgarro tu piel y tus sentimientos. Te duelo, te reto. Te falsifico. No te pertenezco.
Volvió a sentir la brisa en su rizada cabellera. Quizá sólo fuera un suspiro. Estaba confundida a causa de todos esos sentimientos. Ataviada de recuerdos que cualquiera querría olvidar, dio un paso al frente, un paso nada más. Fue suficiente. Ya no había nada. Volverá a hacer el mismo daño, es la misma historia. Es el mismo libro escrito por otras manos.
Es una chica extraña, como una carta sin sello. Perdida entre lechuzas que no consiguen alzar el vuelo. Un poco de gasolina y ese mechero.
No hay solución
Recórreme los huesos, que los tengo helados. Están rotos y maltrechos de estar tanto tiempo en mi escondite, ese que tengo justo detrás de las lágrimas, donde me guardo lo que nunca lloro y lo que nadie sabe. Porque nadie sabe nada, ni siquiera yo. En realidad no hay nada que saber, quizá eso sea lo que más me duele. Nada es especial, nada es único ni original.
Pero está todo tan lleno de vida, tan lleno de amor, repleto de cosas que no existen, invenciones que creamos para paliar nuestras ganas de vomitar muerte por las esquinas, que casi casi consigo que mis ojos brillen al mirar. El reflejo de las cosas que nunca fueron, la sombra de las cosas que serán; todo encadenado, aterciopelado, envuelto y nosotros maniatados. No hay nada que hacer ya. Nuestro destino está escrito, pero no hay nada escrito porque no hay un final. ¿Qué pretendo entender? Voy a seguir un ratito más escondida, que se está mucho mejor, ya que no tengo que actuar.
Y recórreme otra vez. Siente mi calor con tus manos. Desgasta mis labios con el roce de tu alma. Canaliza tu pasión mediante miradas desgarradoras. Acaricia mi dolor. Cúrame e intoxícame. Respira en mi boca, prueba mis ganas, destroza mis llantos y gánate cada una de mis palabras. Sé mi poesía. Mis ganas de vivir, mi suicidio diario. Mi elucubración más preciada. Mi juguete sin romper, mi aliento, mi nada.
Y recórreme otra vez. Siente mi calor con tus manos. Desgasta mis labios con el roce de tu alma. Canaliza tu pasión mediante miradas desgarradoras. Acaricia mi dolor. Cúrame e intoxícame. Respira en mi boca, prueba mis ganas, destroza mis llantos y gánate cada una de mis palabras. Sé mi poesía. Mis ganas de vivir, mi suicidio diario. Mi elucubración más preciada. Mi juguete sin romper, mi aliento, mi nada.
Un silencio triple
Volvía a ser de noche. En la posada Roca de Guía reinaba el silencio, un silencio triple. El silencio más obvio era una calma hueca y resonante, constituida por las cosas que faltaban. Si hubiera soplado el viento, este habría suspirado entre las ramas, habría hecho chirriar el letrero de la posada en sus ganchos y habría arrastrado el silencio calle abajo como arrastra las hojas caídas en otoño. Si hubiera habido gente en la posada, aunque solo fuera un puñado de clientes, ellos habrían llenado el silencio con su conversación y sus risas, y con el barullo y el tintineo propios de una taberna a altas horas de la noche. Si hubiera habido música... pero no, claro que no había música. De hecho, no había ninguna de esas cosas, y por eso persistía el silencio.
En la posada Roca de Guía, un par de hombres, apiñados en un extremo de la barra, bebían con tranquila determinación, evitando las discusiones serias sobre noticias perturbadoras. Su presencia añadía otro silencio, pequeño y sombrío, al otro silencio, hueco y mayor. Era una especie de aleación, un contrapunto.
El tercer silencio no era fácil reconocerlo. Si pasabas una hora escuchando, quizá empezaras a notarlo en el suelo de madera y en los bastos y astillados barriles que había detrás de la barra. Estaba en el peso de la chimenea de piedra negra, que conservaba el calor de un fuego que ya llevaba mucho rato apagado. Estaba en el lento ir y venir de un trapo de hilo blanco que frotaba el veteado de la barra. Y estaba en las manos del hombre allí de pie, sacándole brillo a una superficie de caoba que ya brillaba bajo la luz de la lámpara. El hombre tenía el pelo rojo como el fuego. Sus ojos eran oscuros y distantes, y se movía con la sutil certeza de quienes saben muchas cosas.
La posada Roca de Guía era suya, y también era suyo el tercer silencio. Así debía ser, pues ese era el mayor de los tres silencios, y envolvía a los otros dos. Era profundo y ancho como el final del otoño. Era grande y pesado como una gran roca alisada por la erosión de las aguas de un río. Era un sonido paciente e impasible como el de las flores cortadas; el silencio de un hombre que espera la muerte.
Siempre hay un suspiro que te marca, una mirada que te ilumina. Un camino que pierdes y unas manos que te guían. Unos días clarividentes y esos días en los que no puedes ni mirar. Y resulta tan extraño que ocurra todo a la vez. Que en mi mente haya un conflicto moral, que morir me parezca más fácil que soñar. Y sueño, y sueño, y sueño demasiado. Y el silencio me consume, y su risa me persigue. Las manos que me tocan y las que no me tocan... y el perfume. Creo recordar que la vida no está de todo mal. No sé muy bien lo que digo, pero así es todo más fácil, intento no pensar.
Dejarme llevar
por este cauce
este cauce que no lleva a ningún mar
Luces de ciudad
Y sin embargo nunca supo ser persona. Siempre llevaba el pelo enmarañado y pintalabios de más. Una vez me confesó que no sabía besar. Se retorcía cada noche en busca de sí misma. Una verdad, y quizá su mitad. No sabía nada de lo que cuenta la gente, no entendía la mayoría de palabras, no se le daba bien etiquetar. Se deleitaba con el sabor de la fruta, rezaba a un Dios, sabiendo perfectamente que no está.
Sus risas se oían por toda la ciudad. Correteaba, juguetona, perdiéndose de señal en señal. En laberintos que inventaba, en juegos a los que ganaba, solitaria, rota y sonriente.
Como una muñeca de porcelana, como una escultura de cristal. Era tan débil que nadie se le quería acercar. Me intimidó al contarme que ella nació así, que es un animal de ciudad, que siempre había vivido sola y no sabía lo que era amar.
Su piel emanaba poesía. Sus poros eran simétricos, aritméticos, o yo qué sé, simplemente perfectos. Unos diminutos brazos, delgadas piernas, parecía imposible que se mantuviera en pie. Una sonrisa que no sabría calificar, quizá de miedo, puede que de curiosidad.
Y los ojos, esos ojos, que nunca nadie podría olvidar.
First flight
Yes it's just the second night
But I would break back sights for you
Necesito mi suministro habitual para sobrevivir. Un poco de dolor y que me recojas el pelo para ir a dormir. Estoy intentando sobrellevarlo, estoy intentando existir. He fracasado otra vez. No consigo respirar. ¿Y qué es esto que consigo? Estas aguas movedizas bajo mis pies, estas luces que me ciegan pero que sin ellas yo ya no puedo ver. ¿Qué he hecho? Una y otra vez. ¿Qué he hecho y qué es lo que voy a hacer? Una falta de respeto, un navajazo, un corazón roto, una batalla perdida, algunas horquillas desperdiciadas y el cigarro que te dejaste sin fumar: yo. Yo, en general. La erosión ha hecho de mí esto que tu dejaste, un trapo viejo sin usar, vidas enteras sin disfrutar. Mis necesidades no son las mismas ya. Quiero sentir, quiero poder ver. Quiero tocar, quiero morder. Quiero dejar de querer.
Tu piel. Inhalar. Drogarme. Disfrutar. Veneno. Llorarte, morderte. Verme. Conocerme. Leer entre líneas. Saborear los colores, oír la lluvia. Correr. Mirar. Tú.
No voy a cometer el error de existir
No voy a dejarme llevar, no voy a ser lo que tú eres para mí
No voy a intentar luchar, ni tampoco me voy a rendir
No voy a ser nadie, que ser alguien ya me salió bastante mal
No me voy a dejar llevar,
no voy a...
Y cuánto tiempo me pasé atrapada entre abrazos maltrechos de pasiones desenfrenadas ya desgastadas, y cuántos días miré al cielo esperando desaparecer, cuántos siglos he estado en este planeta sin estar. Cuántas veces habré pensado que este no es mi lugar. Cuánto dolor he sido capaz de inventar.
Frente a mí, unas luces que no sé distinguir. Coches, quizá. Mi alma, tal vez. Lágrimas que recubren mis paraísos disfrazados y todos vosotros mirándome, sonriendo, admirando mi infelicidad. Cinco o seis árboles a mi alrededor, demasiadas ramas, demasiado calor. Todo iluminado tan sólo por mi mirada. El estertor de una vida que nunca llegó a ser vida. Oscuro, agrietado y emborronado. Un paisaje demacrado y dolorido. Sangre en las paredes, plantas marchitas y para más colmo: yo. Arrodillada y sin fuerzas. Perdida y sola ante mi propia soledad. Mirándome fijamente. Descifrando mis secretos, adivinando lo que siento, porque nunca lo sé. Si no me conozco, si mi piel está llena de centímetros ajenos. Y hace tiempo que perdí la cuenta de cuántos son. La tierra bajo mis uñas ensangrentadas está húmeda, y me cuesta respirar. Quizá debería dejar de intentarlo.
No voy a salir de aquí.
Break my deepest promise
Me retiro
De tus ojos, pero sobre todo de los míos.
Soy esa chica desfavorecida que siempre tuvo todo a su favor, que siempre tuvo suerte y desde pequeña cree en el amor. Pero me retiro. De esta batalla sin final, de las luchas amarradas a mis cicatrices de tanto llorar. Y te llevo conmigo. A lo más profundo de mi corazón, en un rinconcito que cerraré con llave y arrojaré por el balcón.
Siento la escarcha en mis pies, el frío suelo derritiéndome por dentro, mientras no alcanzo a pensar, no consigo ver con claridad la respuesta que me dejé sin contestar. Miro al cielo, con los ojos empapados en lágrimas, en agua, o yo qué sé porque ya no importa, y me dueles más que si no existieras. Me duele mirar.
Me gustaría tanto que todo estuviera del revés.
¿Sabes lo que es echar de menos y echar de más a la vez?
Es vomitar dolor en cada esquina,
y amar,
amar,
ya por rutina.
Efímero trozo de carne
I'm burning inside
these shadows filling me
I don't remember the last time I was in peace
So show me
how do you do that?
how do you calm your pain
how do you throw it away
Me gustaría morir hoy y ahora en tus brazos. Existir en un milímetro cuadrado de tu conciencia y que me hagas desaparecer al apagar ese cigarro.
Prepararme para la extinción nunca había sido tan sencillo.
Tan sólo he de pensar que no existo si no es contigo.
Y este cubo de rubik en mi cabeza, que se desarma y se deshace por ti, que nunca nadie volverá a saber poner en orden, me ahoga, me encadena. Me retuerzo.
Living in noises.
I won't be able to...
There's no place to go.
No es lo mismo. Everything's fading out. You stole me. El abismo que se forma tras mis miradas perdidas, ese desierto recubierto de mentiras encubiertas, de trozos de ti que nunca volveré a ver, y esos besos que no me diste.... Y... Los lunares de tu cuerpo y del amor marchito, descuidado y ataviado de angustias casi inventadas, de las partes de mí que nunca tocabas...
No, no, no... No voy a pensar más en nada,
porque no hay nada en qué pensar si no es en ti.
Purificación
Me toca desnudarme sola otra vez.
Me quitaré la camiseta sin pensármelo dos veces, desdibujando mi sonrisa.
Me desabrocharé el sujetador sin ti, lo más difícil que he hecho nunca.
La cremallera no baja sola.
Se me caen los pensamientos.
Me desvisto en el espejo.
Me quito los calcetines como método de purificación.
Me desmaquillo la vida entera de la cara, sólo quiero ser yo.
Me acostaré desnuda, con la cama, con mi almohada.
Sin nadie que me vuelva a vestir.
Estoy escribiendo un libro
Y se titula "Cómo te amé".
Estoy escribiendo un libro que nunca podré leer.
Y me tiemblan las manos y las piernas,
y me duele la cabeza y tus cuerdas;
Y sé que nunca terminaré el libro que jamás empecé.
Estoy escribiendo un libro que nunca podré leer.
Y me tiemblan las manos y las piernas,
y me duele la cabeza y tus cuerdas;
Y sé que nunca terminaré el libro que jamás empecé.
Me retiro, acobardada, de una batalla meramente emocional
de tus latidos, ya reubicados en su lugar original
Perderte, y perderme, ambas cosas son lo mismo,
desaparecer, desaparecerte, y pensar que siempre estás conmigo
He creado este paraíso ficticio en el que sólo estoy yo
componiendo canciones que nunca te canto
en las ruinas de un edificio que nunca se construyó
para poder decirte que más no, que más no...
Una noche más, una noche menos
Y me encuentro triste y sola ante un paraíso desperdiciado. Tengo en mis manos el poder de dar un vuelco a todo y recuperar mi fe en el mundo pero...
Me encuentro otra vez, en otro tren sin dirección, en un viaje sin destino, en una carrera sin meta y ningún espectador.
Esperando que me despierte el suave aroma de su veneno recorriéndome. Gritando que no me suelte. Gritando en un idioma que no comprendo.
Es la única manera de salvarme de este vacío tan insalvable.
Y todo es tan de mentira. Las casas, las ideas, todas las cosas.
Pero esto no.
No somos
La desgarradora sangre surcando su rostro como una expresión de confusión mal formada. Y un cigarro sin apenas empezar que cae al suelo haciendo un leve chasquido que quiere decirnos: todo ha acabado. Pero realmente acaba de empezar.
Nada en este mundo es libre, ni nunca lo será, todo está capitalizado, ordenado, comprado o creado por un amo. Y tú no vas a ser menos. Desde que te cortaste el pelo no pareces el mismo, te dicen, pero es todo mentira. Todos parecemos el mismo. Todos somos la misma persona, sólo que con distintas cicatrices.
En esta vida todo es voluntario, pero no te dicen a voluntad de quién. Pagamos y no precisamente en dinero, por el derecho a vivir, un derecho que nunca hemos reclamado.
Crecen las dudas, crecen los árboles, pero nosotros seguimos estancados en un charco de agua sucia, como un insecto ahogándose en una gota de agua. No somos más que eso.
El tiempo es subjetivo y nunca es mucho. Nunca es más.
Todos vivimos exactamente lo mismo.
Homo homini lupus
Las personas no funcionamos correctamente. Somos incautos, somos crueles, demasiado buenos a veces, demasiado malos casi siempre. Inmorales, egoístas y reprimidos. Algo funciona mal en nuestro cerebro. Deberíamos luchar solamente por sobrevivir como todos los demás seres vivos.
Vivimos para causar dolor. Yo sigo esperando a que todo esto acabe. A que la involución termine. A que el mundo se disipe. Y es que no consigo entender... no puedo comprender la brutalidad que es capaz de albergar el ser humano. Contra el propio ser humano. Contra indefensos animales. Contra el planeta en el que vivimos.
Intento cerrar los ojos un poquito más cada día que pasa. Abiertos del todo me duelen, pues veo más de lo que debería. No comprendo algunos ideales, detesto lo amoral, no concibo el mal en sí. Será que soy demasiado inocente, incorrupta.
Será que soy persona.
La crueldad es infinita.
Homo homini lupus.
Advertencia: los casos descritos en los links que os facilito a continuación pueden herir la sensibilidad de cualquier persona medianamente cuerda.
Simples ejemplos de lo humanos que podemos llegar a ser:
Joseph MengeleCaso de Junko Furuta
¿Arte? por Habacuc + [Vídeo]
Zyklon B
Obviamente, son 4 casos aislados. No hace falta ir muy lejos para observar situaciones semejantes o peores.
[Edito] Goodbye Steve Jobs
Cómo ser lo que quieres que sea
Y seguir siendo yo.
Esta es una historia de ciencia ficción. Ella llevaba brackets y él sólo un corazón.
Las entrañas del uno se trenzaban con el amor del otro y su dolor.
Repitió cien veces tercero de relación.
Rompió a llorar cuando supo quién era yo.
Y poner la música a todo volumen...
I'm so lonely. And that's ok.
I shaved my head. And I'm not sad, and just maybe
I'm to blame for all I've heard. And I'm not sure.
I'm so excited. I can't wait to meet you there.
And I don't care. I'm so horny. But that's ok. My will is good.
Y sentir que todo esto va a acabar. Que nunca nada empezó. Que me he tomado todo este tiempo para lamerme las heridas y no está funcionando, el alochol me lo bebo y hasta el betadine. Que soy yo la enferma y mis uñas están ya cansadas de rasgar mi piel.
Me voy a retirar de este juego, de estas peleas. Que no soy un gato en celo y estoy totalmente preparada. Ya no voy a esperar más a que las cosas me pasen, voy a pasarles yo a ellas.
Soy un incendio para mí y para todo lo que está a mi alrededor. Necesito protección, un guardaespaldas, medicinas especiales que me saquen de aquí. Todos sabemos que no puedes perder algo que nunca has tenido. Y yo nunca he tenido nada, pero siento que lo estoy perdiendo todo, que me estoy perdiendo a mí.
Y todo esto es un arma cargada.
Yo lo soy, y mi cabeza.
Mira lo que has hecho, mira lo que tu voz vomita. Mira en lo que te has convertido. Has ido aplastando ese corazón poquito a poco, dejando que la sangre recorriera tus manos aparentemente inocentes, y cada gota te ha hecho más culpable. Y cada gota te ha llenado por dentro de dolor. Eres un saco de emociones estropeadas, sentimientos sin compartir y recetas para sufrir. La gente como tú yo no debería existir.
Voy a retorcerme un poco más, a ver si cambio de perspectiva. Sólo consigo romperme más.
...
En lágrimas disfrazadas de veneno, en paisajes inexistentes, en películas de terror y tan sólo en mi mente, me encuentro. Esta introspección me está matando. Cada día descubro un poco más de mí que no querría saber. No quiero conocerme, cuanto más me conozco, menos me reconozco. Los espejos me escupen, la cama no huele a mí, la ropa no me viene y ya ni hablemos de lo que se refiere a ti.
Me crecen los hoyuelos durante las largas noches, y desaparecen conforme mi cerebro se enciende, a lo largo del día. Todos somos malos, pero no tendría porqué saberlo. Me gustaría dejar de crecer y vivir en un cuento, como todos; en el que trabajar es algo normal, en el que vivir una vida de mierda te llena por completo.
Pero no. He recorrido cientos de veces este camino, y siempre me pierdo. He escrito cientos de veces estas líneas, con distintas letras, y nunca me encuentro. Nadie quiere ser uno mismo si lo piensa, nacer para morir, vaya estupidez.
Nacer para morir y olvidarse de vivir.
Anoche te vi
Te vi entrando en mis sueños, y colándote en mi alma. Anoche dejé de ser yo para empezar a ser tuya. Me derretí en tus brazos, me reinventé en tus ojos. Anoche no existí más que en tu cabeza. Y soñé que te reías, y soñé que me querías, y soñé que mi cabeza no volvería a ser mía.
Anoche te desvestí. Te recorrí, te conocí y nada más al despertar te perdí.
Anoche te quise. Y nunca más te volveré a querer.
Lo único
Nunca salvaré el mundo, ni aportaré nada positivo al mismo. Nunca haré cambiar a nadie para bien, ni haré algo que perdure. Nunca existiré para nadie que no sea yo. Nunca me convertiré en algo más, no creceré, no prevaleceré.
Estoy en el centro de mis entrañas. Donde se acumula el dolor por querer y no poder. Y resulta asfixiante pensar que todos los demás no piensan. Que la felicidad llega cuando uno menos se lo espera, es mentira, sólo es ignorancia y conformismo. Nunca estaré pletórica. Nada me llena, nada me sorprende, nada me cambia, sólo me adormece.
La única felicidad que existe es momentánea, es genética, son los orgasmos, bailar y la lluvia en la cara. Son momentos que no existen para nadie más. Son sentimientos que pierden el nombre para pasar a formar parte de ti.
Pieces of April
Si cada persona con la que nos cruzáramos escribiera una historia de nuestra vida, si cada una de las miradas que nos atraviesa día tras día decidieran nuestro futuro. Cada reflejo de cada espejo en el que salimos dibujados. Cada huella en el pasamanos, cada cajera de cada supermercado. Si cada uno de ellos intentara retratar nuestra efímera presencia en su vida, sería la mejor descripción que podríamos llegar a tener de nosotros mismos. Como un collage hecho de pequeños recortes.
Y es que no somos más que eso, recortes de periódico, utilizados, malgastados y mal contorneados. Somos un montón de pequeñas cosas que nunca significan nada, excepto para los que conocen el resto. No tenemos sentido, vivimos bebiendo información de los demás, plagándonos de pensamientos ajenos y teorías que ni siquiera comprendemos, en un mundo que no hemos fabricado, pisando un suelo que no volveremos a pisar. Somos efímeros, sí, pero algo permanece. Siempre quedan algunas de las piezas que nos formaron alguna vez, esparcidas sin plaza fija por más mentes de las que podemos imaginar.
Insegura, olvidadiza, inquieta, demente.
Cada cual te conocerá como y cuanto quiera, pero sólo tú tienes el collage completo. Y decides con quién compartirte.
Panther Princess
I'll be your king volcano right for you again and again.
Hace mucho, mucho tiempo, en un reino remoto, vivía una princesa desencantada. Su castillo, hecho de mármol negro, estaba rodeado de murallas impenetrables, guardianes salvajes, frondosos bosques y fosas kilométricas. Todas las ventanas eran diminutas, para que ni sus pensamientos pudieran escapar.
Ella pintaba, leía, mataba el aburrimiento y la desesperanza como podía. Todos los días sacaba su mirada a pasear por una de las ventanas, para ver si por fin venía su príncipe a rescatarla.
Escuchaba black metal, miraba el firmamento a través de su techo de cristal, escribía poesías sin terminar. Su único amigo era el dragón que cuidaba del castillo.
De largo cuello, escamas negras y mirada profunda, el dragón cuidaba de la princesa como si fuera su única misión en la vida. No se podría perdonar si alguien hiriese a esa bella dama, si alguien hiciera sólo un rasguño a su piel de porcelana.
El dragón y la princesa mantenían conversaciones trascendentales, hablaban de la vida y de la muerte, compartían ideas y se reían juntos.
Y un día, sin darse ni cuenta, la princesa dejó de esperar. Dejó de esperar un valeroso príncipe que la rescatara, para estar ansiosa cada mañana por conversar con su querido dragón.
Así fue como escapó de su prisión. Acariciando las escamas de su amado sobrevolando su imaginación.
Beatrix Kiddo
Lo común en una historia de mitología es que por un lado está el superhéroe, y por el otro está su alter-ego. Batman en verdad es Bruce Wayne, Spiderman es en realidad Peter Parker. Cuando ese personaje se despierta por la mañana, es Peter Parker. Tiene que ponerse un traje para convertirse en Spiderman. Y es en esa característica en la que Superman, no tiene semejante. Superman no se convirtió en Superman, nació siendo Superman. Cuando se levanta por la mañana, es Superman. Su alter-ego, es Clark Kent. Ese traje, con la S en rojo, esa era la colcha con la cual estaba envuelto de bebé cuando los Kent lo encontraron. Esa es su ropa. Lo que usa Kent, las gafas, el traje de negocios, ese es el disfraz. Ese es el traje que utiliza Superman para mezclarse entre nosotros.
Nunca me sentí más ignorada por mí misma que
en el momento en el que subestimé mi existencia.
El mundo es injusto y cruel y todos lo sabemos. Pero a nadie le importa eso. Lo único claro es que tú a las 9.00 tienes cita para hacerte una puta pedicura para la boda del hermano del capullo del ex novio de tu amiga del instituto. Y tienes que estar perfecta. Porque es lo que espera el mundo, y es lo que esperas tú. Lo que desconoces es el potencial del ser humano. Infravaloras el peligro de una mirada y la repercusión fatal que pueden tener tus palabras.
Siéntate en los bancos de la izquierda, donde se sientan los invitados del novio, justo al lado de tu amiga y levántate y ponte a gritar sin parar en medio de la ceremonia. ¿Ves que bien? Has conseguido estropear el recuerdo más bonito que podría tener en su vida la mujercita vestida de blanco que está plantada en el altar mirándote boquiabierta. En unos segundos.
La gente espera que las demás personas sean civilizadas, ¿pero qué es lo civilizado? ¿Por qué mi libertad acaba donde empieza la tuya? Acabará donde a mí me de la gana, porque yo la controlo. Porque es tu cuerpo y son tus actos, y nadie de tu alrededor ha podido impedir con sus estúpidos roles sociales que te pongas a gritar. Y ahora, cada vez que recuerden esa boda, cada uno de los familiares tendrá en su cabeza "¿Recuerdas la loca que se puso a chillar?", y tanto que se acordarán.
Así de estúpido es el mundo. Así de fácil de arruinar. Y lo mismo con todo, si no te pones el estúpido disfraz de persona, acabarás en la cárcel, o peor, en el manicomio. Y te llamarán loco por pensar distinto, porque así es más controlable. De esta manera todo está bien. Esa puta que no te importa una mierda se puede casar tranquilamente porque tú estarás callada mirándote la pedicura y todo el mundo mirará el precioso álbum de la boda sin ningún incidente.
¿Nunca os habéis preguntado porqué es tan incómodo saludar a un conocido que ves en la calle? ¿Por qué hay gente que se cambia de acera? ¿Por qué agachamos la cabeza? La respuesta es la misma mierda. No tenemos ni idea del protocolo social que debemos seguir. ¿Holaquétal? ¿Dos besos? ¿Cómo te va todo? ¿Saludar con la mano y seguir adelante? Es todo tan... superficial. Inútil.
Todos somos pequeños supermanes disfrazándonos cada día esperando a que pase el tiempo. Lo malo es que todos nacemos sin disfrazar y la mayoría mueren disfrazados. Creyendo que son lo que nunca fueron, creyendo que son lo que siempre fingieron.
Deberíamos ser un poco más Beatrix Kiddo.
404
Soy uno de mis peores errores.
Llevo tatuada tu silueta en mis pupilas
y no hay nada que me duela más
Mi vida ha sido un cúmulo de abstracciones
que nunca tengo en cuenta
Intento darme más importancia
pero no hay nada
dentro
Siento el sabor de la sangre corriendo por mis venas
y los recuerdos que me amargan cada amanecer
Tengo miedo al futuro y al pasado
a no poder ver
Quiero recoger mis mil pedazos
y llevármelos de aquí
Quiero recoger mis trozos
y salir
Soy analógica y estoy encerrada. He recorrido mil veces el mismo laberinto y sigo sin perderme. No quiero saber dónde estoy. Que las lágrimas de mis suspiros ya no salgan, no importa, que los espejos ya no me miren, me da igual. No quiero volver.
Algo un poco..
Neurótico
Demasiado crítico
Individual
Nada de otro mundo.
Me gustan las cosas como están,
me gusta que las cosas no estén.
Demasiado crítico
Individual
Nada de otro mundo.
Me gustan las cosas como están,
me gusta que las cosas no estén.
Te voy a derramar una y otra vez hasta que te mueras
te voy a escribir todos los días hasta que no me duelas
voy a dejar mis rarezas en tus brazos
y mi colonia en tu perfume
que eres tú el de mil sabores
y yo la que trata de sacarte los colores
¡retrátame!
retuérceme
rómpeme
en rocas
en ríos
en ti
Nothing left to lose
I'm faithless
I'm scared
Me duele la cabeza
Como el rímel corrido de mis entrañas, llegaste para no marcharte. Otra noche más de lunas ensangrentadas, de pieles degolladas y pestañas sin amor.
Últimamente me duele todo. Me duele el mundo, me dueles tú, me duele la vida. Que escayolen todo mi alrededor, por favor, que me asfixien en algún contenedor.
La piel de mi alma son escamas raídas, la piel de mis palabras son retales de ser humano.
Dame ojos que yo no veo, toma mis miradas que yo ya no las quiero.
Heaven
Where is my angel?I need her nowHolding me
Eran las tres y media de la mañana y el mundo ya no tenía nada que ofrecerme. Con los ojos cerrados y deseando dormirme escuché sonidos de risas acalladas y tacones que provenían de la cocina. Demasiadas risas. Se suponía que una amiga vendría a dormir a mi casa este fin de semana, pero sonaba a que había más de una persona.
Me levanté sigilosamente y los sonidos cesaron. Vi una luz encendida al otro lado del biombo de la cocina y me puse detrás sin hacer ningún ruido. Por las estrechas rendijas contemplé la otra parte de la cocina, donde solemos comer y ver la tele. Estaba mi amiga, y como ya sabía, no estaba sola. Sus brazos entrelazaban una figura esbelta, bastante más alta que ella, de pelo enmarañado, negro, quizá tintado. No podía distinguir su cara, ya que formaba una sola forma con la cara de mi amiga. Se entretejían en una sola persona besándose apasionadamente. Sus brazos se buscaban entre sí, sus manos se recorrían sin cesar. Sus labios no se distinguían. El calor que la escena emanaba llegaba hasta mí, haciéndome partícipe de tan inusitado evento. Y en mi propia cocina. No sabía si enfadarme o agacharme y dar media vuelta.
A regañadientes despegué mis ojos de aquel momento, que debía ser privado, y me di la vuelta silenciosamente para volver a mi oscura y triste habitación. Me acosté en la cama. Me tapé con la manta. Cerré los ojos y comencé a soñar despierta. Me imaginaba que la que besaba aquella misteriosa silueta era yo. Que zambullía mis manos en su cabello y que nuestro aire era el mismo. Que respirábamos agitadamente, que nos conocíamos con las manos, para siempre, como nunca. Que no llegábamos a vernos, porque no abríamos los ojos, que me tocaba, que le gustaba y que no quería que terminara. Que aquella tenue luz nos envolvía como un manto de seda, arropándonos en pasión, ahogándonos en placer. Imaginé lo inimaginable.
Esto no podía seguir así. En un presente de un mundo paralelo a este, yo estaba enamorada del chico perfecto, con un cuerpo perfecto, una personalidad perfecta y que me trataba perfectamente, y tenía que volver a ese presente. Porque esto no podía ser. ¿Desde cuándo iba yo besándome con figuras extrañas en los rincones de mi imaginación? Me levanté dispuesta a ahogar mi cara y mis absurdos pensamientos en el agua purificadora del lavabo.
Con unos pasos más que silenciosos me aproximé al baño más alejado de la habitación donde tenía que dormir mi amiga. Le di al interruptor que encendía solamente las luces del espejo para que mis dilatadas pupilas no se quejaran y entonces lo vi. Era el cuerpo más hermoso que había visto nunca. Al principio me fijé sólo en su cara. Rasgos finos, casi afilados, nariz pequeña, labios carnosos. Ojos azules, o verdes, no lo sé. Un color precioso. Tenía ese pelo que tan palpado estaba por mi imaginación, despeinado y mojado, goteando sobre sus hombros.
Después de dar ese fugaz repaso a su belleza facial, bajé un poco la vista y comprobé que no llevaba nada puesto. Supuse que había estado duchándose. No lo sé. Quizá aun estuviera soñando. Pero eso no fue lo que culminó mi asombro. Mis ojos no habían querido comprobarlo pero pronto me di cuenta de que era una mujer. Mi mente había deslizado su andrógina belleza al lado masculino, pero sus pechos, firmes y que no pasaban la 85, me indicaban que su portadora era una fémina. Delgada, muy alta y guapa en exceso. Llevaba tan sólo un culotte negro que cubría lo justo, justísimo para que no saliera gritando del baño.
- Qué... impresionante - musité.
- Soy muy alta, lo sé - Afirmó con autosuficiencia y una media sonrisa muy sexy.
- No me refería a... - No quise acabar la frase. - Eres muy guapa. Y guapo. Eso es. - Seguramente se lo tomaría como un insulto y se iría llorando de ahí y no me querría ver nunca más y olvidaría ese momento para siempre y yo volvería a mi mundo paralelo con mi novio perfecto y mi vida normal.
- Muchas gracias, supongo. Tú eres más que guapa. - Entonces reparé en sus ojos, que comenzaron a recorrerme ávidos de conocer cada rincón de mi cuerpo. Primero me miró los ojos, que estarían vidriosos y dilatados, después se fijó en mi cuello, del que colgaba un collar de plata, fue bajando y descubrió que sólo llevaba puesta mi camiseta de tirantes de dormir y unas braguitas azules. Eso pareció encender su mirada.
- Bueno, vale, gracias, me tengo que ir y todo eso. - Dije, sin mucha seguridad en mí misma. Me di la vuelta y me quedé muy quieta.
Comencé a sentir su aliento en mi nuca. Un escalofrío me recorrió desde su boca hasta mis talones y giré un poco la cabeza. Sentí su cuerpo cerca del mío, el calor inundando cada poro de mi piel. Sus labios, inmóviles, me respiraban demasiado cerca de la oreja. Mis delirios comenzaron a ser presa de la excitación y me puse frente a ella. Cuerpo a cuerpo. Miré un poco hacia arriba para encontrarme con su mirada, que me atravesó como un rayo de luz, quemando hasta el más sensato de mis pensamientos.
Reconozco que me habría gustado sentir su erección presionando mi piercing del ombligo, como me solía pasar con los chicos con los que estaba. Pero eso se compensaba con creces con esa piel tan suave, con esa cara tan lisa y esa mirada felina. En ese instante, y surcando mis dudas y pensamientos, se encorvó un poquito para poder llegar a mí y sus labios comenzaron a beberse los míos de la manera más sensual que jamás había vivido. Eran húmedos y suaves. Sentía su color rosado a través de mi piel y mi cabeza empezó a escaparse de la tierra para hacer un viajecito por las nubes.
Con sus fibrados brazos me cogió en peso y me sentó en el lavabo. Mis piernas se agarraron firmemente a su cintura y nuestro eterno beso se volvió más acalorado. La rapidez de nuestros movimientos aumentaba a la misma velocidad que la agitación de nuestra respiración, la cual pronto se convertiría en gemidos. Sus manos acariciaban cada parte de mi cuerpo: mi cuello, mis pechos, mis caderas, mis muslos; y la situación era cada vez más incontenible. En el segundo que separó sus labios de los míos me arrancó de un zarpazo la camiseta y juntó su torso con el mío. Nos dimos un segundo de descanso para sentir la situación. Me miraba fijamente, respirando rápido y fuerte. Su cuerpo estaba demasiado mojado y el mío demasiado caliente. Sentía que iba a estallar en cualquier momento.
La lujuria volvió a apoderarse de sus acciones y mientras me besaba, comenzó a hacerme suya con caricias por encima de la tela. Yo ya no sabía ni en qué mundo estaba, ni qué estaba sucediendo, sólo podía gemir mientras ella intentaba besar mi boca abierta.
Empezó a lamer mi cuello, bajando lentamente, dibujó mis senos con su lengua y su mano libre trazó un camino desde mi nuca a mis caderas. Mis gemidos eran cada vez más audibles pero mi razón estaba en algún sitio jugando al póker sin ningún tipo de preocupación sobre si nos estaría escuchando mi amiga o no. Y entonces ocurrió. Mi misteriosa amante introdujo su mano por debajo de la tela azul y no sé lo que hizo ni cómo pero yo ya no podía más, comencé a gritar sin contenerme. Lo hacía demasiado bien, demasiado lento, demasiado rápido, demasiado húmedo.
Fue entonces cuando mi cuerpo empezó a sufrir placenteros espasmos y el disfrute se hizo insuperable. Con gritos sordos, tapados ahora por su mano izquierda, alcancé el mejor orgasmo de mi vida. Quitó su mano de mi boca y la sustituyó por sus labios, que me besaban ahora de la manera más dulce posible. Abrazándome como si me amara, me aplastó contra ella y susurró - Eres un ángel -. Cuando me soltó fue como si me arrancaran una parte de mi cuerpo. Se dio la vuelta, se puso una camiseta y se marchó de mi baño, de mi casa y de mis sueños.
Me has pillado en un mal día
Un mal año
Una mala vida
Soy una astronauta en el espacio de tus miradas,
una mala persona recubierta de frases y chorradas.
No soy nada mítico,
no prevaleceré.
No miento,
no siento,
no existo.
Un buen día
Un buen día en el que me acompañe la banda sonora de tus gemidos, en el que tus miradas sean francas y mis piernas no tiemblen. Que digas te quiero sin yo temer, que digas te quiero y no te quiero perder.
Un buen día en el que la luz brille, el sol me mire y la piel no me escueza. Que mirar no duela y el aire nos recubra por igual, sin asfixiar.
Un buen día en el que mis palabras se retuerzan,
que no tengan razón,
que no tengan final.
Un buen día que jamás existirá
La vida es temporal
A veces me pregunto cómo sería creer en algo, pero miro alrededor y se me pasa. Es mucho mejor así. Todas las cosas hacen daño, y cuanto menos duren, mejor.
En realidad no hay nada eterno.
Excepto ellos.
Y van y no existen.
I'm a creep, I'm a weirdo
What the hell am I doing here?
I don't belong here
Se disfrazaba cada mañana. Una camisa, un pantalón nuevo y los zapatos de todos los días. Miraba el reloj de vez en cuando, para no llamar la atención. Jugaba a los juegos del móvil, se entretenía analizando las miradas de la gente. Recorría los cuerpos ajenos. Tonteaba con sus dedos. Hacía fotos con los ojos. Besaba el aire cada dos por tres. Se tropezaba siempre que ella le miraba. Leía libros ilegibles y bebía más de lo que debía. Oh. Se encontró otra vez con esos rosados labios besándole la nuca. No entendía lo que pasaba. Cómo alguien le podía querer. 'Debería morir ya mismo', se decía, 'debería acabar conmigo'.
I want a perfect body
I want a perfect soul
Ojos enfermos
Intentas no mirar para calmar tu dolor. Derramas sangre por cada poro de tu piel. Tu boca pide clemencia, tus manos ruegan sin éxito. Tu vida es un juguete en manos de la suerte. Te recorre de pies a cabeza. Te duelen las uñas, no quieres pensar. Estás infectada. Eres tóxica. De saliva negra y verdes párpados, das casi tanto miedo como el que tu misma dices tener.
Vomitas pensamientos mal escritos, respiras muy flojo pero te duele. Tus pulmones no quieren seguirte el ritmo, tu corazón te hace un flaco favor al ralentizar su marcha. La piel se te agrieta. ¿Acaso es posible descomponerse antes de tiempo? Ya no hay tristeza en tu rostro. No hay ni un atisbo de luz en tus ojos. Son oscuridad.
Eres el vacío.
El olvido.
¿Cuál es la velocidad de la oscuridad?
Dicen que no existe.
La oscuridad es la nada y sólo es algo cuando se llena de luz. La oscuridad no existiría si no hubiera luz con la que llenarla, se olvidan de que ocurre lo mismo al revés.
Como la muerte y la vida. ¿Cómo vas a morir si no vives? ¿Cómo vas a vivir si no mueres algún día? Es lo mismo que preguntar cuánto ha vivido o qué edad tenía al morir. Tan complementarios como el amor y el odio, tan adversos como tú y yo.
Me niego
He llegado a la conclusión de que no soy yo quien viste y calza. No soy yo quien sale en el espejo. Tampoco soy yo esa a la que hablan, esa que se ríe, tampoco esa que llora. No soy la que está sufriendo, ni la que está viviendo. No soy tuya porque no soy de nadie. No soy de este mundo porque no existo. Me niego a pensar que esta vida es mía. El mundo me ha escupido fuera y estoy volando alrededor. Todos vuestros problemas son minucias ante mis galaxias. No soy yo la vuestra, no soy yo quien habla.
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