Y con él todas nuestras pesadillas.
Mami, ya sé que quiero ser de mayor.
No he hecho más en mi vida que vivir de las locuras que sueño. Pensar que siempre habrá algo mejor detrás de lo que realmente hay. Un significado subyacente que nunca llego a comprender. Pero no hay nada más.
No hay nada más de lo que vemos, de lo que llegamos a comprender. Somos simplemente lo que podemos tocar. Físicamente inexactos, naturalmente defectuosos.
Y es ahora cuando quiero convertirme en una nana para el mundo, en las olas que llevan el destino que nunca existió. Es este el momento que he escogido para sostener las riendas de mis días lejanos, haciéndole un favor a mi yo del futuro.
No hay más canción que aquella que ya hemos escuchado, no existe país que no hayamos visitado, ni hay nubes si no las miramos, ni hay dolor si no nos paramos a pensarlo. No existe el agua si no me moja, ni existo yo si no me tocas.
Quiero ser un punto diminuto en la inmensidad de la galaxia. Quiero ser lo que ya soy, pero sin darme cuenta.