Lo que nos separa son simples palabras. Es el aire entre terrenos y el vuelo de mil especies. Lo que nos separa no es real. Son vías de tren y el beso de mil parejas. La incertidumbre, la inseguridad y todas las sonrisas. Lo que nos separa no es nada. Son 500 kilómetros y tus pantalones. Son los suspiros que no me puedes dedicar. Lo que nos separa somos nosotros, físicamente, cuerpos estúpidos poseedores de bellas mentes. Lo que nos separa es inútil, porque nada nos separa.
Es el miedo y la incredulidad. Lo grande que nos viene todo y las ganas de llorar. Lo que nos separa no existe, porque no existe nada más. Odio ajeno, millones de personas, wi-fi, Twitter, 3g, televisores en HD y todo lo que no ves. Lo que nos separa es el tiempo, el tic tac, las miradas de reojo al calendario, el 24, el 25, el 26, el 27 y todos los 28 de cada uno de los meses. Son las tiendas, es la sociedad, la compra-venta de cualquier moral estúpida, el perder la dignidad en cada bar. Los abrazos que no me puedes dar.
Lo que nos separa no es nada, porque nada nos separa.