Siento estar tan estúpida, pero es mi forma de ser. Le pido al mundo la revancha y le doy tanta pena que me regala un café. Un par de miradas y él y yo somos uña y carne. Pero es un mundo, cómo no, no hecho para mí. Sigue siendo el reloj el que marca el tiempo, y no yo. Son mis pasos los que advierten la llegada de algo nuevo. Hay alguien detrás de mí, pero no lo consigo distinguir. Quizá sea mejor así.
Me gustas mucho más callada.
Me gustas más cuando no hablas.
Me gusta simplemente ser de alguien para dejar de pertenecerme a mí misma.
Joder, joder, joder, me acabo de dar cuenta de que soy yo la que me sigue, no podía haber animal más peligroso, más hambriento de sangre y más en extinción en este momento.
Agazapada, cautelosamente arrinconada. Como una gacela moribunda. Como un tigre demasiado viejo, demasiado tonto o demasiado cansado.
Como una pantera. Sin uñas, ni dientes.
Esperando.
Siento ser tan estúpida.
Siento ser tan estúpida.
Siento ser tan estúpida.
Siento ser tan estúpida.
Siento escribir letra tras letra, que un copy paste no podría expresar lo que siento.
Que tengo miedo de que mis lágrimas creen un cortocircuito al chocar con el teclado.
Y siento ser tan estúpida.
Siento ser tan estúpida.
De tenerte más miedo a ti que a la muerte
De necesitar ser alguien en este vacío
De no entender ni cómo ni porqué de nada
De necesitar entender demasiado
De roer tus pensamientos
De no lograr nada
De no intentarlo
Siento ser tan estúpida.
0 comentarios:
Publicar un comentario