Y la verdad es que...


Cada día tengo que correr más rápido para alcanzarme a mí misma. Que soy un problema sin solución, una ecuación sin fórmula. Y la verdad es que muy a mi pesar soy humana, que sudo, que lloro y que algún día moriré. Sólo soy un corazón que late y pelo que crece, no llego a flor, no llego a piedra. Soy algo entre tú y yo. Navego en mis propios pensamientos a la deriva, como un caso del latín que se dejó de usar, como un boli bonito que nunca usas porque no lo quieres gastar. Y cada segundo que pasa me doy cuenta de que ha pasado un segundo más, una vida más, una muerte más... Pero yo sigo aquí. Tan egocéntrica como cada humano y tan estúpida como cada animal.

Pido perdón a mi yo del futuro por no hacer nada en el presente que cambie mis días lejanos. Me pido perdón por rociar mi alma de lamentos que ningún Dios escuchará y por quejarme de mi propia existencia. No es pesimismo, no es suicida, ni tan si quiera es baja autoestima... Se llama realidad.

1 comentarios:

Zalost dijo...

No llego a piedra... Ha sido leer eso, una frase tan simple, y sentirme extraño.

Te he imaginado sentada, sola e inmóvil en a saber qué sitio. Un lugar vacío.

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