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Inocencia


¿Qué estropearía lo roto e insoportable, aún sabiendo que no existe el más mínimo detalle de dolor o carencias de lo maravilloso? ¿De veras crees que podría coger tu mano y realizar mil poemas pensando que mañana dejaré de sostenerla? Cruel divinidad, que piensa siempre lo peor, reiteraría cien veces las palabras que más repetí en toda mi vida, pues aunque no sean las más hermosas, sí las más ciertas y hacendosas. Y ¿por qué debería hallar consuelo en el dolor ajeno si no atiendo a razón, cuando no puedo silbar por amor? Hago referencia a ese dolor del que yo estoy falta, y falta no me hace conseguirlo. Quisiera saber el porqué de mi suerte. Es que ¿acaso soy yo otra simple marioneta? Me ruboriza pensar que la vida me utiliza. ¿Tan importante soy, en tan alto escalafón me hallo? Qué estupidez, yo siempre fui un mísero punto en tus lineas, querida casualidad. Rozando mis labios descríbeme que me depara, pues yo sólo te sabría decir lo que ya todo el mundo sabe. Claro que echo de menos la intimidad, oh, por Dios, ¿no lo ven? ¿no se dan cuenta de que eso ya no tiene importancia? Vaya, todos sabemos que extrañar eso es menos doloroso que extrañar esto que poseo. Mi vida entera hubiera dado si cualquiera me lo hubiese exigido, tan sólo por poseerlo. Es la esencia de la esperanza de toda persona, todo ser, cada alma. Y yo soy su dueña.

3 years ago.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Visceral y agridulce.

Sin nombre dijo...

Quizá demasiado dulce. De ahí lo de 'inocencia'. Era joven y tierna.

Unknown dijo...

Bueno, la dulzura no es algo malo, aunque si es cierto que el tiempo nos suele acabar arrebatando esa característica. Supongo que el secreto está en guardar esa esencia en un bote bien escondido entre las costillas y sólo mostrarlo cuando alguien realmente lo merezca. No todas las lenguas saben apreciar o recompensar la dulzura, algunas necesitan una ración de ácido cítrico bien concentrado.

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