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Left in hell


El tacto familiar de tus dedos tecleando mi espalda, y tus ojos, ávidos de volver a conocerme cada segundo. Dos pieles en una, dos vidas, un camino roto. El idioma que reinventamos día sí, día también. Las noches salvajes, las mansas mañanas, los días libres, los paseos por tus miradas. Mis llantos, tus lágrimas, mi dolor, tu debilidad... Todas las palabras que cruzamos, cada una de las veces que nos equivocamos, cada canción que tarareabas en mi oído, y todas las veces que te dejé de amar, y todas las veces que no te amé, y todas las veces que nos quisimos, todas las veces que pudimos, y cuando nos rendimos.

Todo, todo, todas y cada una de las veces.
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El circo de los horrores


Sonrisas despiadadas, carcajadas dolorosas, arañazos silenciosos, suspiros y jadeos de procedencia desconocida. Dolor en las paredes, sangre en nuestras pieles. Verdades escritas de mi puño y letra, mentiras que no sabría desmentir. Colores relampagueando en un abismo de confusión y subconsciencia psicotrópica. Es la fábrica de mis miedos, vuelvo a ser Alicia en el país de las eternas pesadillas. Enredaderas que ahogan mis venas, velos, cantos de sirena, todos los misterios que me rodean. Un pasillo ocupado tan sólo por una larga melena. Al fondo el mar. El Sol. La arena. El silencio asfixiante de unos chirridos insoportables. El calor del Infierno, sus manos, sus besos. 

Sonrío paradójicamente. Sangro, grito, me doy la vuelta. Un espejo retratándome se ríe de mí. Veo mis tripas desprendiéndose de mi interior. Acaricio mi vientre, todo sigue igual, igual de mal, sigo siendo yo y nadie más. Mis lágrimas no me permiten ver el final, caigo al suelo, palpo las raíces de lo que debe ser un árbol enorme, alzo la cabeza y sólo está... Sólo es... La historia de mi vida, plasmada en retorcidas ramas, en hojas muertas, en la luz que falta, en los ojos que siempre me miran. Y vuelvo a caer, esta vez más al fondo, sin tocar el suelo, simplemente desplomándome en un vacío infinito que me muestra todos mis errores en espiral, provocándome náuseas y ganas de morir ya.
Y mientras, me imagino al creador de todo esto, apretando botones a carcajada limpia. Tirando de palancas al azar, mirando mi sufrimiento en pequeñas pantallas, extrayendo de mis lágrimas su única felicidad.

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Sólo te intuyo


Se puede escribir el infinito en tus párpados y una luna de hiel en tus lágrimas. Los besos azules, cielo, se desgastan, pero me llenan de alegrías las alergias de cada mañana.  Si esto es un juego, pierdo y gano a cada instante, y si esto es un robo, a nadie le importa que desaparezca. Tiro los dados, te robo los labios, te muerdo, me desmayo. Me retuerzo en tu piel sudada, y sudo en tus manos a cada tirada. El tiempo no pasa si las únicas manecillas del reloj en las que creo son tus manos, y mi piel son las horas, los minutos y los segundos.

Quiero resolver el enigma de tus ojos, y dejar sin hacer el crucigrama de tus abdominales; fabricar con mis manos la furia desatada de todos los mares. Ser fácilmente o no ser nada... Si es a tu lado, a mí me vale.


3

A pain that I'm used to


He fabricado más de mil sentimientos, fingiendo que son verdad, grabándolos a fuego en mi soledad. Quiero creer que algún día todo va a cambiar. Que la nebulosa negra que me persigue se dispersará tarde o temprano. Porque hay ciertas cosas que no puedo soportar...

Y bien es verdad, que llevo tiempo acostumbrada a que mis manos redacten todo el dolor que yo no puedo soportar. Y bien es verdad, que me retiro del campo de batalla siempre mucho antes de luchar.

No quiero pensar que todos mis días van a transcurrir igual. He de mejorar. Pero en esta carretera desierta soy yo la única conductora, y ando perdida, sumida en la más profunda ingenuidad.

Al levantar la mirada, el mundo tiembla, y me duelen las piernas. Al abrir los ojos, el mundo me ciega, y se me parten las venas. Al intentar andar, mi cuerpo me implora, mi piel llora, mi alma... mi alma ya está rota.

¿Cuántos días sin rozar aquel veneno han de pasar? ¿Cuánta vida voy a perder? ¿Cuánto tiempo? ¿Cuántas sonrisas? ¿Cuánto dolor seré capaz de...

Y no te atrevas a mirarme, no así.

I'm not ready

No para esto. No así. No en mi cuerpo.
No estoy preparada para desangrarme en otras manos, para desaparecer, extirpada del mundo y de mí misma.
No quiero retroceder, no quiero avanzar, no quiero estar.
Quiero dejar de pensar.

Y dormir durante toda la eternidad.

No quiero verme, no quiero verlo, no quiero desnutrirme a cada soplo de viento.
Ni depender de que me miren esos ojos, 
ni depender de que les apetezca ver mis sollozos o no.
Ni reírme si sonríe, ni llorar si me aniquila.
Y así,
es como me destrozo.
De mí,
me despojo,

me hundo.
...
Otra vez.
Otra puta vez.
4

Soy mi propia sobredosis

El desencanto de las noches perdidas, el azul del cielo, el dolor de los días, el amor desnutrido, la muerte acechante. Todo marchita a la velocidad de la luz que nunca existió, perdiéndonos, encontrándonos en cada pozo inventado por un inexistente Dios.

Nada existe si no miras.

Nada es real si no es mentira.

No encuentro mi lugar, no me encuentro a mí misma, soy un tachón en una frase sin sentido; un cuaderno viejo, mordido y raído.

Estoy empezando a temblar,
creo que no existe nada más.

Me duele la cabeza, y las uñas, me duelen los ojos, los años, me araña la vida, tus dedos, me rasgo las heridas, mi temor, tus miedos, mi agonía.

Soy un signo de interrogación mal dibujado,
el paréntesis que nunca es cerrado,
el aliento sin aliento de cada mentiroso,
la vida y la muerte de todos nosotros.

Ahora que ya no tengo tu retrato frente a mí, mi reflejo no se digna a aparecer.
2

Piel transparente


Mis miradas fingen no tener orgasmos cada vez que te paseas por ellas, mis dedos callan todo lo que mi boca tartamudea. Flirteo con el dolor punzante de un futuro descabelladamente incierto, y me rindo, sola y magullada, ante este cruel invierno.

Me he preparado para el más frío sudor, para la fiebre más violenta, pero no consigo hacer desaparecer mi transparencia. Quiero quedarme con algo, conservar para mí sola un trozo de mi ser, el cual regalo con una facilidad pasmosa. Creo que no me he explicado bien. Quiero que me vuelvas a querer.

He leído todos esos libros que hablan de amores eternos, de rosas, de besos, de infinita comprensión, de abrazos sin final, de amor, de amar, y qué más da. No existe nada de eso, nada de lo que escriben es real, porque ninguno de esos escritores te ha conocido. No pueden describirlo. No conocen esos labios, ni el idioma de tus miradas, no entienden el calor que me regalas, ni los escalofríos de tus palabras, ni tu voz acariciando la oscuridad para explicarme que me amas.

Y sigo llorando por los trozos de alma que he perdido por este pedregoso camino, sangrando sin cesar a cada paso, sufriendo por cada minuto que soy feliz. Me declaro enteramente culpable. Condénome a sonreír.


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