Every me and every you

Es como un estúpido escalofrío que te recorre el alma y te hace evadirte del mundo, o más bien de la realidad. Unas gotitas de ilusión mezcladas con esa desesperación adolescente que tanto echamos de menos a veces. Es como caer, y como levantarse. Sonreír y salir de casa sin peinarse. Saltar por la calle, no pensar en nada. Cantar sólo con los labios y estar siempre impaciente. He esperado demasiado tiempo para volver a sentirlo y no creo que lo pueda aguantar otra vez. Y sigue sin importarme lo que los demás piensen cuando me miran... me esconderé con esa sonrisilla traviesa y recordaré lo fácil que es para mí respirar bajo el agua. Y es que he esperado demasiado tiempo para volver a sentirlo. Y dejar de respirar. Y volver a empezar.

Vuelvo a mirar las olas a través de mis gafas verde esperanza, sentada en las llamas del fuego que llevo dentro, siempre a lomos de mi inconsciencia. Me hace gracia. Son las únicas palabras que puedo repetir infinitas veces sin que dejen de tener sentido. Como cuando un vaso está vacío y lo llenas. Como cuando hace frío y te abrigas. No sé. Algo tan natural como el caos.

Y dar vueltas, sin sentido, sin ningún rumbo coherente, con la simple certeza de que todo saldrá bien. Entre colores pintados con escala de grises, suspiros de bocas entreabiertas y unos cuantos agujeros negros. En ese abismo en el que sólo estoy yo. Ahí donde se encuentran el mal y el bien, en un punto infinito antes de nacer. Gracias, gracias otra vez...

Sé que me protege cuando estoy, que me echa de menos cuando me voy. Me encanta saber que no soy la única que pierde la cordura de vez en cuando. Pero es que se vuelve el aire tan claro, la vida tan irreal y el tiempo tan efímero.

Siento cómo renazco, cómo vuelvo a morir, cómo llego al cielo sin moverme de aquí.

Soy mi propia enfermedad, una afección sin cura, imposible de medicar, imposible erradicar el dolor que siento. Necesito algo que me mejore, necesito volver a sentirlo.
Ponme un poco de placebo.
Ponme un poco de Placebo.

1 comentarios:

Andrea Funakoshi dijo...

¿¡Cómo no ha comentado nadie aquí!? Joder, es precioso, y me has hecho llorar. Me gusta, me gusta muchísimo como escribes; me siento muy identificada contigo y he de reconocer que es muy reconfortante :)

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